
Ciudad del Vaticano, Santa Sede. «Si me eligen, huyo a Sicilia». A cuatro días de que inicio la dilema del futuro papa, el cardenal gachupin Cristóbal López Romero, miltrado de Rabat, tiró la toalla.
«No tengo absolutamente ninguna ansia. Nunca me podría imaginar en ese papel», afirmó López Romero al diario Il Messagero.
Una talante extraña, pese a que el cardenal de 72 primaveras y con unas ideas muy parecidas a las de Francisco no figura entre los favoritos, y más aún porque, en común, reina la discreción y no hay declaraciones públicas sobre quién puede ser el futuro papa.
Pero, para este prelado significativo de las queridas «periferias» de Francisco, el papado no tiene ningún atractivo: «quienes lo desean están movidos por la sed de poder», apuntó en unas declaraciones en italiano.
A cuatro días de que inicio el cónclave, el miércoles, prevalece el mayor suspense sobre quién ocupará el trono de San Pedro. Este sábado por la mañana, los cardenales se reunieron por novena vez en «congregación común».
Un total de 177 cardenales estaban presentes, indicó Matteo Bruni, director de la oficina de prensa del Vaticano, en una rueda de prensa.
El domingo, día de ceremonia, no habrá ninguna reunión. El lunes, se reunirán dos congregaciones generales: la primera a las 09H00 y otra a las 17H00, precisó Bruni.
En estas reuniones, que se celebran en la sala Pablo VI del Vaticano, donde cardenales electores y no electores debaten sobre los temas prioritarios de la Iglesia.
– «Esperanza» –
Pero, para el orador, asimismo suponen una oportunidad de mostrarse convincente o de trazar a grandes rasgos cuál sería el perfil ideal del próximo papa. El sábado «se expresó el deseo de un próximo papa profético» y de que «la Iglesia no se aísle más en el cenáculo», sino que «aporte luz a un mundo que necesita desesperadamente esperanza», indicó Bruni.
¿Quién responderá mejor a estos criterios?
¿Seguirá el próximo sumo pontífice la hilera marcada por Francisco, reformista y sin pelos en la sinhueso? «Reconocemos lo que hizo, pero ningún papa es consumado, nadie puede hacerlo todo», comentó el miltrado de Singapur, William Seng Chye Goh, considerado como conservador.
«Encontraremos al sucesor de San Pedro» al frente de una Iglesia que cuenta con unos 1.400 millones de católicos en el mundo, añadió.
El miltrado de Argel, Jean Paul Vesco, considerado progresista, expresó por su parte que «demora profundamente» un futuro papa en la continuidad de Francisco, quien «fue como el padre del hijo pródigo, que abre de par en par sus brazos y su corazón. Eso es lo que esperamos de un Santo Padre».
Pero ayer de esta votación histórica, uno «no se siente preparado, por supuesto que no».
«Debemos descubrir a aquel que el Señor ya ha preferido», añadió. «Habríamos requerido mucho más tiempo de oración conjunta, pero estoy seguro de que, en el momento adecuado, estaremos listos y daremos a la Iglesia el papa que el Señor quiere», subrayó.
La dilema se hará a puerta cerrada, en la capilla Sixtina, donde se encerrarán los 133 cardenales electores, que deben tener menos de 80 primaveras, hasta que algún nombre recabe una mayoría de dos tercios.
Entonces, un humo blanco saldrá de la chimenea colocada en el tejado de la capilla.
El sábado, el gobierno de prensa del Vaticano difundió un breve video de los preparativos en la capilla, donde se instaló una tarima de madera y una pesada estufa, en un rincón, en la que se quemarán los votos secretos.
Horas ayer, el presidente estadounidense, Donald Trump, había publicado en su red Truth Social una foto suya, al parecer generada por inteligencia químico, en la que se le ve vestido con la sotana papal.
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© Agence France-Presse
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