
Santo Domingo. – El Esquema Comunidades Caribeñas Resilientes advirtió que la degradación de los suelos y la escasez de agua son dos de las principales amenazas para las comunidades rurales de la región del Caribe. Con patrones de chaparrón cada vez más erráticos y períodos prolongados de sequía agravados por el Cambio Climático, la productividad agrícola y el entrada al agua potable se ven comprometidas, afectando la seguridad alimentaria y los medios de vida de miles de familias.
Cada año, el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía nos fuego a reduplicar esfuerzos para proteger la tierra y asegurar capital hídricos sostenibles. Sólo en los últimos 10 primaveras, se estima que República Dominicana ha perdido entre 200 mil y 300 mil hectáreas de bosque, lo que representa entre un 9 y un 14% de su cobertura boscosa total. Por ejemplo, la cuenca del río Yaque del Ártico, la decano de todo el país y responsable del provisión de agua de Santiago y el Cibao, se encuentra deforestada en un 60%. Sin cobertura vegetal, el agua de chaparrón no infiltra, arrastra la capa fértil del suelo y aumenta la torrentera, agravando la degradación.
Por otro banda, se proyecta una reducción de precipitación de hasta el 20 %, lo que intensificará la crisis hídrica, afectando gravemente la disponibilidad de agua para la vida. Las fuentes de agua están sufriendo el impacto de la desertificación, y ahora más que nunca es necesario frenar esa degradación.
El esquema CCR
Con el objetivo de revertir esta situación, el Esquema Comunidades Caribeñas Resilientes (CCR), liderado por Welthungerhilfe, aplica desde 2019 la Amoldamiento Basada en Ecosistemas (AbE) en tres países del Corredor Biológico del Caribe: República Dominicana, Cuba y Haití.
En colaboración con OroVerde y con financiamiento del Ocupación Federal de Medio Círculo y Protección de la Naturaleza de Alemania a través de la Iniciativa Climática Internacional IKI (BMUV-IKI), el esquema CCR ha reforestado más de 2,400 hectáreas con especies nativas, establecido viveros comunitarios que produjeron más de 2 millones de plántulas y rehabilitado áreas degradadas con rampas y barreras vivas contra la desgaste.
“Por otra parte de las infraestructuras verdes, el esquema CCR invierte en la formación y la gobernanza específico, capacitando a miles de agricultores, autoridades locales y representantes de otros sectores, creando redes de asociaciones comunitarias y estructuras de gobernanza inclusiva y participativa. En el situación del esquema, se han manufacturado y validado 14 planes participativos de AbE, que buscan orientar en las acciones de protección del medio círculo y la biodiversidad. De este modo, asegura que las comunidades cuenten con las habilidades y la estructura necesaria para ayudar estas prácticas a amplio plazo y carear futuros desafíos climáticos”, explicó Alexander Voets, cabecilla del esquema.
La conservación de suelos se logra mediante el refuerzo de la cobertura vegetal, la construcción de barreras vivas o muertas y terrazas, o el mantenimiento de sistemas agroforestales y silvopastoriles que fortalecen la infiltración y retención de agua mientras que producen alimentos y cumplen con la función de secuestro de carbono, fundamental en la lucha contra el cambio climático. Para proteger el entrada al agua, el esquema instaló 4 cisternas comunitarias y un quiosco de distribución para más de 800 familias y mejoró acueductos rurales. Por otra parte, ha restaurado y está protegiendo cuencas hidrográficas secreto en todas las regiones de intervención, como son la Sierra de Neiba, la cuenca del río Yaque del Ártico y la cuenca del río Pedernales en República Dominicana, el Parque Franquista Alejandro de Humboldt, la Reserva de la Biosfera de Cuchillas del Toa, la Sierra de la Gran Piedra y la Reserva de la Biosfera de Baconao en Cuba y en el Parque Franquista Source Royer en Haití.
En República Dominicana, el esquema es ejecutado en alianza con el Centro Naturaleza y Enda Dominicana; Bioeco y CESAT, en Cuba, y Concert Action y WHH Thiotte, en Haití. Este 17 de junio se conmemora el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía.