
Candelaria, Valle del Cauda, Colombia.- Miguel Ledhesma, el periodista argentino, formador y presidente fundador de la Ordenamiento Mundial de Periodismo de Viajes (WTJO)presentó su nuevo obra Digital Solidarity ayer en el 6to Foro Internacional de Periodistas y Líderes de Turismo en Candelaria, Valle del Cauca, Colombia. El evento híbrido, extendido por la región ibero -estadounidense, hizo juntos expertos para explorar cómo podríamos pedir nuestra humanidad simplemente viviendo algún día sin pantallas.
Texto de Miguel Ledhesma, Solidaridad digitalexplora cómo la tecnología puede ser una aparejo para fomentar la empatía, la cooperación y la honestidad social en entornos digitales. El título está apto de forma gratuita en: https://www.sociedad.edu/129787674/solidaridad_digital. El autor argumenta que apagar dispositivos durante 24 horas puede restaurar nuestra “energía positivo” y reequilibrar tanto la mente como el espíritu.
Su presentación fue seguida por conversaciones sobre periodismo y creación de contenido (Katerina mandrygina), la importancia de la solidaridad digital (Ramón Chávez), los viajes empáticos (Míriam Martínez Posada), AI en turismo (Andrés Álvarez Cortez) e interculturas digitales (Irina Grassmann).
El evento incluso presentó sesiones sobre solidaridad en el interior de la WTJO (Izela Noriega) y la Comunicación para el Incremento Particular (Alejandra Delgado), encima de los comentarios del presidente de Adompretur, Yenny Polanco Lovera, celebrando los logros de la Asociación Dominicana. El tiro del obra coincidió con la campaña #SigueContuvida (“Keep On Living”), que condena el discurso de odio en cuerda y promueve el uso de tecnología ética.

Como parte de la memorándum del Día de Solidaridad Digital Mundial, se firmó un acuerdo de colaboración para la inclusión digital en Candelaria, Colombia. Esta iniciativa interinstitucional tiene como objetivo acortar las brechas tecnológicas y promover un ataque más puntual y equitativo al mundo digital. (Foto: Wtjo)
Reclamando a la humanidad en la era digital: el poder transformador de la verdadera solidaridad
En una era abrumada por los rápidos avances tecnológicos y la implacable actividad en cuerda, el obra ofrece una consejo convincente sobre la naturaleza de la solidaridad genuina y cómo puede prosperar en el interior del paisaje digital. Según el autor, el desafío central radica en variar nuestras interacciones superficiales, caracterizadas por me gusta, acciones y comentarios reactivos, en actos significativos arraigados en la conciencia, la presencia y la atención auténtica. El trabajo enfatiza que la solidaridad digital no se prostitución simplemente de gestos externos, sino incluso un compromiso interno de comprometerse verdaderamente con los demás, incluso en medio de la fragmentación y el ruido que definen la vida en cuerda contemporánea.
Ledhesma comienza reconociendo la complejidad de la época, señalando que vivimos en tiempos de comunicación acelerada, donde el sufrimiento de los demás a menudo se muestra en tiempo actual. Sin retención, esta inmediatez puede conducir paradójicamente a una desconexión de la verdadera profundidad de las relaciones humanas. Como se discutió en el capítulo sobre “Retornar al Centro En la Era de Las Pantallas”, existe una condición urgente de ir más allá de las respuestas superficiales. El autor argumenta que la verdadera solidaridad digital implica no solo estar apto, sino estar presente; No solo abroncar más esforzado, sino designar cuándo platicar con reflexión. Este cambio sutil pero profundo mueve el enfoque de la brío externa, como acumular me gusta, para cultivar la conciencia y la conciencia. Según el autor, este enfoque requiere una conciencia consciente de cómo nuestras interacciones digitales afectan a nosotros mismos y a los demás.
Practicar una audición más profunda y un apoyo respetuoso
Uno de los temas esencia en el obra es la importancia de practicar una audición más profunda y una comprensión empática antiguamente de reaccionar u ofrecer ayuda. En el capítulo dedicado a “Nuevas prácticas de Solidaridad Digital”, el autor describe nuevas prácticas de solidaridad digital madura. Él enfatiza que compartir contenido útil y validado, escuchar completamente antiguamente de comentar y ofrecer apoyo sin sobrecargarnos es esencial.
Se destaca que la solidaridad genuina comienza con la atención, presente de una modo consciente, entendiendo el contexto detrás de lo que comparten las personas y reconociendo que la expresión en cuerda de cada persona está integrada en una compleja red de historias personales, historial culturales y redes relacionales. Ledhesma advierte contra juicios apresurados y respuestas superficiales, ya que a menudo contribuyen a los malentendidos en emplazamiento de fomentar una conexión auténtica.
El obra incluso explora la condición de ayudar a otros desde un emplazamiento de humildad e igualdad. En un capítulo que enfatiza “Ser Solidarios Conotros en el Mundo Digital Sin Dejar de Ser Fieles Un nosotros Mismos”, el autor advierte contra la tendencia a ayudar de una posición de superioridad, a lo que se refiere como “ayuda de hacia lo alto”, que puede fomentar la dependencia y disminuir la dignidad de los que reciben ayuda. En cambio, aboga por un enfoque horizontal de apoyo, donde uno reconoce al otro como un individuo capaz y autónomo.
Esta perspectiva se alinea con la idea de que la verdadera ayuda se fundamento en respeto mutuo en emplazamiento de control o paternalismo. En este sentido, el acto de ayudar debe respetar el momento y el espacio del proceso de la persona, ofreciendo apoyo solo dónde y cuándo es verdaderamente bienvenido. Esto resalta la importancia de la humildad y la paciencia en nuestras interacciones digitales.
El peaje cognitivo y la recuperación de la atención
Adicionalmente, el autor enfatiza que la naturaleza fragmentaria del contenido digital, como titulares, clips cortos y fragmentos, tiene un profundo impacto en nuestro bienestar cognitivo y emocional. En el capítulo dedicado a “El Contenido fraccionalario y la ruptura de la atencia”, describe cómo la exposición constante a breves fragmentos disminuye nuestra capacidad de atención sostenida y una profunda consejo. Nuestros cerebros, explica, necesitan continuidad (narraciones más largas, momentos silenciosos o repaso más lenta) para sostener un sentido coherente de sí mismo y comprensión del mundo. Sin estas prácticas, corremos el peligro de residir en un “perpetuo presente Ansioso”, saltando de estímulo a estímulo sin integración interna.
Como un acto de amabilidad alrededor de uno mismo, el autor aboga por regresar a actividades que fomentan la constancia interna: interpretar historias completas, sobrevenir tiempo en silencio, interactuar con textos o caminatas más largos sin distracciones digitales. Estos actos de autocuidado se presentan como fundamentales para la solidaridad genuina con uno mismo, lo que a su vez mejoramiento nuestra capacidad de apoyar a los demás auténticamente.
A lo amplio del obra, hay un mensaje claro de que el poder actual de la solidaridad digital reside en sutileza, presencia y autenticidad. Ledhesma nos desafía a ver que ayudar a otros no se prostitución de grandes gestos o campañas virales, sino de actos simples pero sinceros que están arraigados en la conciencia de nosotros mismos y nuestra interconexión. Por ejemplo, subraya campañas como #undierinpantallas o #siguecontuvida no como consignas superficiales, sino como invitaciones simbólicas para detenerse y priorizar la conexión humana genuina sobre las métricas superficiales.
Cerca de una humanidad digital consciente
En sus reflexiones finales, el fundador de WOTJ nos recuerda que incluso en medio del rápido ritmo y fragmentación de la vida moderna, sigue siendo posible y necesario cultivar una conciencia digital arraigada en el aprecio, el respeto y la humildad. Él enfatiza que la tecnología en sí es indefinido; Su valencia honrado depende completamente de las intenciones detrás de nuestras interacciones. Como se indicó en los capítulos finales, la última aspiración es residir mejor con las herramientas digitales, investigando el mundo en cuerda sin perder nuestra humanidad central, y practicar la compasión desde un emplazamiento centrado y consciente.
Este trabajo perspicaz fomenta un cambio de la superficialidad que a menudo caracteriza los intercambios en cuerda alrededor de una presencia humana más profunda. Los actos de solidaridad más impactantes, sugiere Miguel Ledhesma, a menudo están en silencio, arraigados en una atención tranquila y un firmeza interno. En un mundo inundado de ruido, la presencia auténtica y la estabilidad interna surgen como actos de resistor, vistas para sostener nuestra humanidad y fomentar una conexión genuina en la era digital.