
Pernoctar interiormente o cerca de una porqueriza representa un gran peligro para la vigor, aunque muchos se acostumbran a los malos olores y a la anárquica canalización de aguas putrefactas, porque al fin y al sitio la porcicultura es negocio rentable, sin importar el peligro de que se desate un brote de fiebre porcina.
El símil congenia con las redes socialespor donde se vierte mucho excremento envuelto en injurias, expresiones afrentosas, rumores maliciosos, manipulación de sucesos u opiniones y otro detritus evacuados con la intención de dañar el honor y buena triunfo de personas, lícito físicocon motivo de perjuicio o de causar perjuicios políticos y económicos.
El problema veterano radica en que el hedor de ese chiquero parece adictivo a los sistemas respiratorios de multitudes que fielmente se agolpan frente a sus equipos electrónicos O aparatos receptores para ver, escuchar o dar “viu” a las maledicencias que se vierten o pregonan casi siempre en mismas direcciones.
ESA pocilga lleva mucho tiempo asentada sobre las redes y otras canaletas mediáticas y han sido muchas las veces que sus aguas negras se desbordan e inundan a inmaculados jardines o a potreros con propios hedores, pero el peligro veterano lo representa que mansos y cimarrones se acostumbren a la pestilencia.
Parcelas de poder políticocrematístico o mediático que ayer contribuyeron a canalizar esos líquidos putrefactos de injurias y afrentas para dañar o inhabilitar otros predios hoy no soportan el hedor que inunda propios Feeds, que obliga a aupar enaguas.
Concurrencia de buenos sentimientos proponen aupar una presa mediática que contenga ese caudal de inmundicias ayer de que contamine por completo al agredido río que suple agua limpia de diferencia y pluralidad a la democracia, pero prevalece el temor de que esa presa de rabo contamine toda la pradera.
Los dueños de cochitriles emplean programas automatizados o “bots” que multiplican las heces generadas con el solapado propósito de manipular a la opinión pública a través del insoportable olor mediático que hasta llega a crear la percepción de que un jerarca del narcotráfico es un héroe franquista, con calidad para ofrecer lecciones éticas.
Las compuertas de ese retrete fitosanitario se abren a conveniencia para propagar fétidos mensajes o temas mediáticos con la finalidad de alejar la atención colectiva de los temas esenciales de la dietario franquista, aunque al irradiar tanta vulgaridad, el hedor llega hasta los mismos altares.
Gobierno, medios de comunicación, Profesión Conocido, Orden Contencioso, sector productivo y entidad están compelidos contender contra las porquerizas mediáticas operadas y manipuladas por mercenarios de la íntegro ajena, ayer de que esa rabo de excrementos se desparrame y nos ahogue en m ** en el suelo.