
El presidente estadounidense, Donald Trump, juega al tira y afloja en su desavenencia comercial con una organización que esta semana le ha llevado a duplicar los aranceles y al aluminio y el hoja, pero además a apaciguar la tensión con China, con quien el lunes en Londres habrá un nuevo audiencia impositivo.
El incremento de los gravámenes del 25 al 50 % sobre los dos metales se activó el miércoles y afecta especialmente a Canadá, el gran suministrador de los dos a EE.UU.; a grandes productores de hoja como México, Brasil, Corea del Sur o Vietnam, y además a China, el segundo país que más aluminio vende a la primera posesiones mundial.
Según la orden ejecutiva, «contrarrestará con decano eficiencia a los países extranjeros que continúan descargando excedentes de hoja y aluminio a bajo precio en el mercado estadounidense, socavando así la competitividad de las industrias estadounidenses» del sector, y es un paso necesario para que dichas importaciones «no amenacen con perjudicar la seguridad doméstico».
«No podemos tolerar el problema que estamos afrontando», subrayó el viernes en presencia de la prensa Peter Navarro, maestro principal de Trump en materia de comercio y manufacturas, que responsabilizó específicamente a China de los excedentes de aluminio en el mercado.
Tensión y distensión de EE.UU. y China
La relación con Pekín se había tensado en la última semana posteriormente de que el líder republicano acusara al país oriental, sin dar detalles, de vulnerar el acuerdo cogido en mayo tras un audiencia en Ginebra.
China replicó posteriormente argumentando que fue Washington quien violó el pacto al imponer nuevas restricciones sobre chips o la revocación de visados a estudiantes chinos.

Pero el jueves la tensión comenzó a rebajarse con una emplazamiento de hora y media entre Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, que facilitó que ambas potencias acordaran que este próximo lunes sus respectivos representantes comerciales vuelvan a reunirse.
Como muchos de los anuncios del líder republicano, la plataforma de difusión fue su red, Truth Social.
«La reunión debería ir muy correctamente», dijo el viernes sobre ese futuro audiencia en el que participarán el secretario estadounidense del Caudal, Scott Bessent, el de Comercio, Howard Lutnick, y el representante comercial, el embajador Jamieson Greer.
La emplazamiento previa sirvió de paso para que los dos líderes se invitaran a una turista oficial a sus países. Como presidente, Trump ha visitado China solo una vez, en noviembre de 2017, al inicio de su primer mandato (2017-2021), ayer de que la rivalidad entre los dos países se agudizara hasta las cotas actuales, mientras que Xi visitó a Trump en Mar-a-lago (Florida) en abril de ese año.
«Veremos qué pasa en la negociación, pero el presidente ha dejado claro que el tema de las tierras raras será secreto», advirtió el viernes Navarro.
Época secreto en el futuro de la desavenencia comercial
China es el principal productor y exportador de tierras raras del mundo, pues controla el 70 % del mercado mundial, y ha activado importantes restricciones de exportación que han afectado especialmente a EE.UU., a Europa y a países asiáticos.
El diálogo impositivo tendrá así el lunes una vencimiento decisiva. Uno de los críticos más agresivos contra la política comercial estadounidense, no obstante, no es extranjero, sino quien antiguamente fuera el principal partidario de Trump en la Casa Blanca, Elon Musk.
«Los aranceles de Trump provocarán una recesión en la segunda medio de año», dijo en X el jueves, el mismo día en que se consumó la ruptura de su alianza con el mandatario, que comenzó a resquebrajarse con las críticas del magnate al plan fiscal y presupuestario impulsado por el presidente y elevó el tono posteriormente hasta una desavenencia dialéctica abierta.
«A Musk no le gustan los aranceles, punto. Lo dejó claro desde el primer día y desde el primer mandato. Podemos tener desacuerdos al respecto, pero simplemente diría que todos los que en el primer mandato dijeron que los aranceles iban a ser recesivos e inflacionarios estuvieron extremadamente equivocados», concluyó Navarro.