
LOS ÁNGELES — Griffin Canning no estaba en realidad en serios aprietos cuando Shohei Ohtani se paró en el plato en el botellín inning el miércoles en el Dodger Stadium, pero con la forma en que estaba lanzando, era el momento más complicado que había enfrentado en la tenebrosidad: Ohtani bateando con un corredor en saco y el contador a valimiento de Nueva York 3-0. Si los Dodgers iban a suscitar problemas, esa era su oportunidad.
Canning llevó la cuenta al mayor ayer de lanzarle a Ohtani un cambio que parecía dirigirse directamente en torno a él, hasta que se desvió en torno a el interior de la zona de strike. El umpire de home, Jansen Visconti, cantó el tercer strike contra el coetáneo JMV de la Ajonje Franquista. Los Dodgers no lograron suscitar mucho más peligro en la trofeo por 6-1 de los Mets, que aseguraron la serie particular de temporada entre ambas escuadras.
Una razón importante por la que los Mets han rebaño cuatro de seis encuentros delante los campeones defensores de la Serie Mundial ha sido su capacidad para contrapesar a Ohtani, uno de los dos bateadores más peligrosos del béisbol actualmente. Contra el resto de la jarretera, Ohtani azafate para .301/.399/.671. Contra los Mets, su bisectriz ataque es de .208/.286/.458.
“En común”, dijo Paul Blackburn, quien abrió el ocio por los Mets el lunes, “siento que le hemos decidido muy proporcionadamente”.
Gracias en parte a su éxito contra Ohtani, Canning terminó con su mejor conducta de la temporada tras editar 6.0 entradas en blanco. Pete Alonso conectó dos jonrones e impulsó cinco carreras para respaldarlo, dándole a los Mets su trofeo más cómoda hasta ahora frente a los Dodgers.
Ohtani, por su parte, se fue de 4-2 con un par de sencillos inofensivos, poco que los Mets aceptarían cualquier día de la semana. Aunque tiene dos jonrones en solitario en seis juegos contra los Mets esta temporada, los lanzadores del equipo además están conformes con eso. Los cuadrangulares sin nadie en saco rara vez deciden partidos.
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En cambio, los Mets quieren evitar la clase de tensión que pudo haberse presentado en la chale entrada si Ohtani hubiese cortadura la preeminencia de tres carreras a sólo una. En ese momento, Alonso aún no había conectado su segundo jonrón, un batazo de 447 pies proyectado por Statcast en el octavo inning que sentenció el interviú. Así que cuando Canning quedó debajo en la cuenta, 3-1, tras editar cuatro sliders consecutivos, el Dodger Stadium comenzó a ponerse colorado.
El subsiguiente emisión además fue un slider que pareció estar fuera de la ángulo extranjero, pero Visconti lo cantó como strike. Finalmente, con la cuenta llena, Canning realizó uno de sus mejores lanzamientos de la tenebrosidad para congelar a Ohtani.
“No quiero ceder”, dijo Canning sobre ese turno al bate. “Él le hizo buen swing a una recta más temprano en el ocio. Es un gran bateador de rectas, así que me apoyé en el slider para presentarse hasta allí y luego simplemente le mostré poco diferente con el cambio de velocidad en 3-2”.
Habiendo sido compañero de Ohtani en Anaheim de 2019 a 2023, Canning lo conoce mejor que muchos. Dijo que la secreto para contrapesar al toletero es variar los pitcheos “cada vez que lo enfrentas”.
“Creo que simplemente no le están lanzando rectas en la zona de sacramento”, explicó el piloto de los Dodgers, Dave Roberts. “Si poco está en la zona de strike, es un pitcheo con rotación o un cambio, y están variando mucho las localizaciones: le lanzan adentro, lo incomodan, le tiran exterior. No repiten mucho”.
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