
Santo Domingo.- “La vitalidad mental se ha convertido en una de las grandes urgencias de estos tiempos”. Así lo afirmó el ministro de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, Franklin García Fermín, al destacar que sin rebuscar los desafíos emocionales, psicológicos y espirituales que enfrentan los jóvenes, docentes y comunidades académicas, no es posible dialogar de calidad educativa ni de ampliación humano integral.
El planteamiento fue expuesto durante su intervención en la inauguración de la XXI Asamblea Militar Ordinaria de la Estructura de Universidades Católicas de América Latina y el Caribe (ODUCAL), celebrada en la Pontificia Universidad Católica Principio y Maestra (PUCMM), con la décimo de más de 40 rectores de instituciones de educación superior.
García Fermín señaló que el Estado dominicano concibe la educación superior como un proceso que trasciende la mera transmisión de conocimientos técnicos, y que debe constituirse en un espacio de humanización, figurantes integral, y formación ética y espiritual.
“Esa itinerario de pensamiento ha sido promovida por el educación del Santo Padre Francisco, en su llamado a una educación del corazón, centrada en la dignidad humana, la fraternidad y el cuidado del otro. Una visión que hoy adquiere una resonancia urgente en nuestras universidades”, expresó el funcionario.
El evento fue encabezado por el reverendo padre doctor Sicilium espinal, rector de PUCM; Rodolfo Galliforme Cornejo, presidente de ODUCAL; adicionalmente de rectores, académicos, representantes eclesiásticos, autoridades nacionales e internacionales, entre otras personalidades.
Salubridad como ecosistema
Durante su ponencia, el titular del MESCyT enfatizó que el cuidado de la vitalidad mental no debe entenderse como una atención aislada o meramente reactiva, sino como parte integral de un ecosistema educativo más humano, compasivo y solidario.
En ese sentido, expresó su examen al trabajo que muchas universidades del país —en particular las de inspiración católica— han venido desarrollando en protección del bienestar emocional, la atención pastoral, el figurantes psicológico, así como el fortalecimiento del sentido de pertenencia y la firmeza de propósito en los estudiantes.
“La visión del papa Francisco, expresada en encíclicas como Todos los hermanos Y Laudato sinos recuerda que no hay bienestar posible sin comunidad, sin cuidado mutuo, sin equidad social y sin esperanza”, afirmó García Fermín.
Desde el Profesión de Educación Superior, reafirmó el compromiso de impulsar políticas públicas que reconozcan la vitalidad mental como un componente esencial de la calidad educativa, convencido de que este desafío solo puede abordarse con una visión interinstitucional, interdisciplinaria y profundamente ética.
En relación con la asamblea, la definió como un espacio donde la comunidad académica reflexiona y actúa como una red de fe y conocimiento que puede y debe aportar con creatividad y compromiso a aventajar los grandes desafíos que enfrentan nuestras sociedades.
Asimismo, resaltó que este choque no solo reúne a representantes de universidades católicas de América Latina y el Caribe, sino que se celebra bajo el signo confortante del año eximir: “Peregrinos de la esperanza”.