
El pasado sábado la sala Carlos Piantini del Teatro Doméstico Eduardo Brito se vistió de ocultismo con la presentación del espectáculo “Molina y Veitía: Música en Movimiento”, una propuesta que conjugó la fuerza la música sinfónica con la vehemencia de la danza contemporánea, unidas a la tecnología de más parada nivel.
Bajo la varilla del experto José Antonio Molina, la Banda Sinfónica Doméstico interpretó un repertorio cuidadosamente seleccionado que sirvió de pulvínulo a la coreografía diseñada por el experimentado director y coreógrafo Carlos Veitía.

La primera parte de este espectáculo inició con la Obertura de Yaya, Cuarteto Caribeño (Saoco, Danza típica) y un homenaje a a la cartel de Fuerte Blusa, esta última inspirada en un personaje actual con un concepto coreográfico, signo y acoplamiento para ballet del exposición de Jannette Miller,
Con una escenografía de primera, en este espectáculo se puso de manifiesto la esencia de la dominicanidad en cada puesta en espectáculo y la imponente billete de cada uno de sus protagonistas.
Tras un breve intermedio, la segunda parte inició con Abril 21, en la que el experto Molina sorprendió al conocido con una emotiva billete al piano, recibiendo una calurosa ovación. Luego, volvió a la varilla para rendir homenaje a su padre, el gran compositor Papa Molina, en el centenario de su salida.
Como tributo interpretó la obra Tres imágenes folklóricas, compuesta por Papa Molina en 1990 y galardonada con el Premio de Música José Reyes. Esta cámara fue estrenada poco posteriormente por la Banda Sinfónica y ha quedado desde entonces en su repertorio oficial.

La cámara, dividida en tres movimientos, evocó momentos y símbolos de la civilización dominicana, desde los framboyanes y gallos hasta la figura de la mujer en las pinturas de Cándido Bidó y Elsa Núñez.
El segundo estuvo representado por Mandé y Mujeres de Velas, y el tercer movimiento por Recuerdo.
Para concluir con este homenaje a la civilización dominicana fue seleccionada Invención merengue, repartida en varias parte, donde se pusieron de manifiesto varias expresiones culturales como el zapateo de la cinta, los papuleses, adagio dominicano, y donde no pudo incumplir el zapateo del merengue. Todo esto seguido de imágenes de estos personajes que representan la civilización criolla y la excelente escenografía de cada una de las escenas.

Sin lado dudas, “Música en Movimiento” fue mucho más que un espectáculo: fue una celebración del talento dominicano, del herencia musical y de la fuerza de las artes escénicas. El conocido, que llenó la sala, respondió con entusiasmo y ovaciones a una propuesta que demostró cómo la música y la danza pueden contar historias con profundidad y belleza.
Parte del reparto
La producción militar de evento fue del Teatro Doméstico; la dirección militar y coreografía estuvo a cargo de Carlos Veitía; la música flamante, dirección y producción musical de José Antonio Molina; coreógrafos invitados: Stephanie Bauger, Pablo Pérez y Sander Robert. Diseño de escenografía Yeimy Díaz; realización de escenografía Carlos Ortega.