
Por Raúl Germán Bautista. – Sebastián Marroquín Santos, anteriormente conocido como Juan Pablo Escobar Henao e hijo del fallecido narcotraficante colombiano Pablo Escobar, lanzó duras críticas contra las populares series de narcos en plataformas como Netflix, asegurando que tienen una robusto influencia negativa en los jóvenes.
Durante una entrevista en el podcast Melo Montoya, Marroquín explicó cómo su delegación ha sido admitir un mensaje de prevención del crimen organizado a la pubescencia mexicana. Sin requisa, lamentó que los contenidos audiovisuales logran discernir la atención de los adolescentes con veterano presteza que las charlas educativas.
“Eso surge de la inquietud de cómo yo puedo multiplicar mi mensaje, porque hemos hecho eventos grandes en México con cinco o seis mil jóvenes. Pero tienes cinco o seis mil jóvenes a los que les hablas en un momento determinado, y en esos 45 o 50 minutos en los que yo tardo en dar una charla, los agarra Netflix, en 10 minutos, con un capitulito del Patrón o de sus series de narcos, y les tuerce las cabezas completamente”.
El además arquitecto y conferencista se mostró crítico con el papel de la industria del entretenimiento, al considerar que las producciones que retratan la vida de capos del narcotráfico como su padre, contribuyen a encumbrar estas figuras en circunscripción de mostrar las consecuencias reales de este estilo de vida.
UNA GUERRA PERDIDA:
Marroquín además fue elocuente al referirse al fracaso general en la lucha contra las drogas. Afirmó que la organización de prohibición ha sido ineficaz y que se necesita un cambio radical en la forma en que se aborda el problema.
“No la del narcotráfico en México, sino en el mundo, está perdida por nocaut inmutable al 300 por ciento. El camino de la autodestrucción de la sociedad es a través del prohibicionismo. El camino correcto, vamos muy acertadamente”.
Desde hace varios abriles, Sebastián Marroquín ha trayecto diversos países compartiendo su testificación con el objetivo de disuadir a los jóvenes de seguir los pasos del narcotráfico, utilizando su historia personal como advertencia. No obstante, considera que la batalla es desigual frente al poder de afición de las producciones audiovisuales que, según él, distorsionan la ingenuidad del crimen organizado.