Santo Domingo.- Decenas de personas encendieron velones, portaron globos y depositaron flores en la parte exterior de la discoteca Jet Set, en Santo Domingo, donde la alba del martes pasado el derrumbe del techo causó la homicidio de 221 personas y heridas a otras 189.

Varios de los presentes entonaban canciones religiosas, mientras otras regalaban velas a quienes se iban sumando, según comprobó EFE.

Rostros en silencio y con evidente tristeza se mantuvieron durante algunas horas comentando en tono bajo sobre la tragedia, que ha causado consternación en el país.

Al punto que en la tarde de ayer aún se observaban socorristas en la parte final de la tarea de rescate y recuperación.

Homenaje conmovedor: Encendido de velas por las víctimas del Jet Set

En lo que fuera la entrada principal de uno de los centros de diversión más populares de la haber dominicana, hoy se observan fotografías de algunos de los fallecidos.

El presidente dominicano, Luis Abinader, dijo este viernes que a partir de ahora se debe dar respuesta a «qué pasó, por qué pasó y cómo pasó» la tragedia.

Al atender a los medios tras asistir en Santiago (boreal del país) al funeral de un hijo del ministro dominicano de Obras Públicas y expresidente del Senado, Eduardo Hado, fallecido en la discoteca, Abinader se declaró «muy apenado» por lo ocurrido y afirmó que «el pueblo dominicano está de aflicción».

Precisamente ayer, el Gobierno informó de la conformación de una comisión de expertos nacionales e internacionales con el propósito de determinar las causas del colapso.

A primeras horas de la alba del martes, el techo de la discoteca se desplomó sobre centenares de personas mientras el merenguero Rubby Pérez realizaba una presentación. El comediante fue una de las víctimas mortales, al igual que uno de los saxofonistas de su orquestina.

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Cientos de personas aguardaban este viernes, a las puertas del Instituto de Patología Forense de Santo Domingo, a que les entregaran los cuerpos de sus familiares víctimas de la tragedia en la discoteca Jet Set, y lo hacían con una mezcla de dolor, de incomprensión y asimismo de indignación.

Se trataba, en muchos casos, de familias enteras que, sentadas en fila bajo unos toldos para guarecerse de la diluvio que caía en la ciudad, querían poder despedirse de los suyos e iniciar el duelo tras días de aplazamiento: primero, para entender qué había sido de sus allegados y, una vez confirmadas las peores parte, para hurtar los cadáveres, velar a sus parientes y enterrarlos.

Entre los fallecidos están el diseñador Martín Polanco, los expeloteros de Grandes Ligas Octavio Dotel y Tony Blanco y la gobernadora de la provincia de Montecristi (noroeste dominicano), Nelsy Milagros Cruz Martínez.

Todavía se ha informado de la homicidio de 18 venezolanos, tres hispano-dominicanos, dos franceses, un haitiano, una colombiana, un italiano y un keniano.