
La Semana Santa ha sido, desde siempre, un tiempo de recogimiento, advertencia y expresión de la fe, a través de diversas manifestaciones culturales. Una de las más importantes ha sido la música sacra que por generaciones ha acompañado las celebraciones religiosas y ha servido como vía de comunicación espiritual.
Sin bloqueo, con el paso del tiempo, la presencia de este existencias musical en la programación radial y en los espacios públicos ha cambiado drásticamente.
Comercialización
Junior Sosa, director de la emisora KQ 94.5, reconoce que en el pasado la difusión de la música sacra era mucho más frecuente, en parte porque las autoridades regulaban de modo estricta la programación durante fechas religiosas.
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«Antaño se presionaba a las emisoras para que colocaran música sacra o, al menos, baladas suaves. Los radiodifusores de antiguamente respetaban estas tradiciones, pues veían la radiodifusión como un medio con un compromiso cultural y espiritual. Hoy, al acaecer cambiado de manos, la radiodifusión es presencia más como un negocio y menos como un canal de preservación de títulos», destacó.

Sosa además explica que las preferencias del divulgado han cambiado. «En Semana Santa la concurrencia quiere entretenimiento, fiestas y música en vivo en las playas y lugares públicos. Si las emisoras no están obligadas a poner música sacra, simplemente optan por lo que más vende». En este sentido, el auge de las plataformas digitales ha jugado un papel fundamental, ya que ha permitido que aquellos que desean escuchar música sacra puedan hacerlo a través de servicios como Spotify y YouTube, sin someterse de la programación radial.
Papel de música sagrada
Desde el punto de presencia religioso el padre Santiago Rodríguez Palancas, de la congregación Orden de la Merced y director del coro Chichigua, destaca la importancia de la música sacra en la Semana Anciano.
«La música enriquece la ceremonia. Se suele proponer que quien canta ora dos veces. Cada celebración tiene un tipo de canto específico: el Jueves Santo invita a reflexionar sobre la última cena, el Viernes Santo sobre la pasión y homicidio de Cristo, y la desvelo del Sábado Santo se centra en la alegría de la Resurrección».
El sacerdote no cree que la música sacra haya perdido presencia internamente de las iglesias, sino que ha evolucionado.
«Siempre hay nuevas iniciativas y nuevos coros que buscan enriquecer la ceremonia con melodías contemporáneas. A veces se piensa que solo los cantos antiguos son música sacra, pero cualquier canción que hable de Todopoderoso, que alabe y exprese la fe, es válida».
Nuevos géneros
Para el padre Santiago la acomodo a nuevos estilos es fundamental.

«No en todas las comunidades hay músicos que toquen órganos o pianos, por lo que se exploran otros formatos que permitan expresar la fe. La música sacra puede convivir con géneros modernos sin perder su esencia», dice.
En cuanto a la equivocación de regulaciones sobre la difusión de este tipo de música en Semana Santa, Sosa opina que «desde el Estado se debería regular este aspecto, no con la intención de acotar el emancipado comercio, sino de preservar las tradiciones y fomentar momentos de advertencia. “Días como el Jueves Santo y el Día de los Fieles Difuntos deberían ser de recogimiento, no de entretenimiento».
Estilos musicales
Los dos expertos coinciden en que la música sacra seguirá presente, aunque en formatos distintos.
La secreto está en valorar todos los estilos musicales y en utilizar aquellos que mejor conecten con la anímico de cada comunidad.
«No hay músicas mejores que otras», concluye el padre Santiago. «Lo importante es que cada persona encuentre aquellas melodías que le ayuden a acercarse a Todopoderoso».