
Mamá es la cuidadora incansablela chef experta y la animadora número uno de la comunidad. Sin requisa, pocas veces nos detenemos a pensar: ¿a qué costo?
Muchas mujeres sacrifican son bienestar al poner las evacuación de los demás ayer que las suyas, sin darse cuenta de que, si mamá no está admisiblemente, el invariabilidad de toda la comunidad se ve afectado.
“La idea de que ser ´buena raíz´ implica entregarse por completo a la comunidad, incluso si eso significa ignorar sus propias evacuación físicas, emocionales o mentales, está tan normalizada que muchas mujeres la asumen como parte natural de su identidad”.
Así lo explica Natasha Díaz Pereyra, terapeuta franco y de pareja de @mentalmenterdquien sostiene que esta conducta es el resultado de roles de artículos tradicionalesque enseñan a las niñas desde temprana vida a cuidar, sostener y posponer sus propias evacuación.
En países como República Dominicanadonde la maternidad se asocia con la generosidad totalestas ideas se intensifican.
El resultado de esas creencias es una sobrecarga emocional que se acumula silenciosamente y puede manifestarse como ansiedad, depresiónirritabilidad, desconexión emocional e incluso enfermedades físicas, advierte. El autocuidado, entonces, se convierte en poco urgente.
“Por eso es tan importante distinguir esta ingenuidad y promover un cambio cultural que permita cuestionar estos mandatos, indagar que el cuidado igualmente debe incluirse a sí mismas, y que el bienestar de la raíz es esencial para el invariabilidad de toda la comunidad“, refiere.

El impacto en la comunidad
El bienestar de la raíz es secreto, porque su lozanía mental influye directamente en la de sus hijos y su pareja.
“Cuando una raíz está emocionalmente regulada, es proponer, cuando puede indagar, comprender y manejar sus emociones, tiene más fortuna para realizar con pacienciaempatía y contención”, indica la profesional.
Esto se traduce en un medio ambiente más estable y seguro emocionalmente para sus hijos, quienes perciben a su raíz como una figura de apoyo constante, lo que fortalece su expansión emocionalsu conducta y su autoestima.
Por el contrario, cuando una raíz está agotada, estresada o emocionalmente desconectada, es global ver enseres negativos en sus hijos: problemas de atenciónirritabilidad, retraimiento o conductas desafiantes. Y en la relación de pareja, el agotamiento emocional puede traducirse en menos energía, menos tolerancia al conflicto y más distancia.
“Si no se reconocen estos factores, se puede caer fácilmente en reproches mutuos o en dinámicas poco saludables”, asegura.

“Priorizar el bienestar mental no solo beneficia a la raíz, sino que transforma la dinámica franco en una más saludable, sostenible y amorosa”Psicólogo clínico
¿Cómo memorizar si una raíz está al confín?
No siempre es tratable notar las señales. Muchas mujeres han aprendido a callarlas o ignorarlas. Pero el cuerpo y la mente piden auxilio: notarlo requiere prestar atención.
“Algunas señales de alerta incluyen la irritabilidad constantela error de tiempo para sí misma, insomnio o pena crónica, llorera frecuente, desconexión emocional, e incluso síntomas físicos como dolores de vanguardia o malestares digestivos y hasta problemas cardiacos. Incluso puede deber una sensación persistente de fallo o de no estar ´haciendo suficiente´”, detalla Díaz.
Estas señales, advierte, no deben encontrarse como una afición. “Reconocerlas no es rendirse, es un acto de valentía y coito propio. Porque para cuidar admisiblemente a los demás, igualmente es necesario cuidarse a una misma“.
Los mitos que hacen daño
En la raíz de este problema están los mitos culturales que celebran a la “raíz sacrificada“.
“Uno de los mitos más perjudiciales es la creencia de que el sacrificio garantiza coito o agradecimiento. Incluso se idealiza la figura de la raíz que ´todo lo puede´ sin refrigerio, sin errores, sin quejarse”, expresa la psicóloga.
Estos ideales, allá de motivar, agotan. Hacen percibir que descansar o poner límites es homólogo de fracaso. “Se nos ha hecho creer que el sacrificio es homólogo de entrega, que cuanto más se anule una raíz a sí misma, más coito está dando. Pero esto no solo es fariseo, igualmente es peligroso“.
Otro de los mitos más dañinos en torno al tema es pensar que una raíz que se cuida es egoísta, “cuando en ingenuidad, una raíz que se priorizase cuida y se respeta, está enseñando a sus hijos a hacer lo mismo”, agrega.
De acuerdo con Díaz, no se comercio de nominar entre uno u otro, sino de entender que el coito serio no nace del sacrificio extremo, sino del invariabilidad emocional y del respeto por los propios límites.
Encima, la idea de que las mujeres pueden con todo (trabajo, crianza, pareja, hogar) perpetúa una imagen ficticio y excluye la corresponsabilidad franco.
“Este mito es dañino porque sobrecarga a las mujeres, invisibiliza su malestar y limita la corresponsabilidad franco. Ser raíz no significa poder con todo y pedir ayuda no es afición: es una forma de cuidar la lozanía mental“Él enfatiza.

¿Cómo abrir a priorizarse?
La terapeuta franco propone pasos concretos para que las madres empiecen a priorizar su lozanía mental sin remordimientos.
“Es fundamental que comprendan que cuidar de sí mismas no es egoísmo, sino una forma de cuidar mejor a quienes aman”, dice. Entre sus recomendaciones se encuentran reservar tiempo para actividades personales, pedir ayuda cuando sea necesario, poner límites claros y permitirse momentos de refrigerio.
“La fallo, muchas veces culturalmente impuesta, debe ser reemplazada por una novelística más compasiva, que valore el autocuidado como un acto de coito propio y de responsabilidad afectiva cerca de los hijos y la pareja“, asevera.
Por eso, el cuidado de la raíz no puede recaer solo en ella. El entorno cercano debe involucrarse activamente en su bienestar emocional: respetar y entregar sus espacios de refrigerio, compartir las tareas del hogar y la crianzaescuchar sin resolver y validar sus emociones.
“El bienestar materno es un esfuerzo colectivo, no una responsabilidad monopolio de ella”, concluye Díaz. “Cuando una alocado se siente sostenida, comprendida y acompañada, es más tratable para ella cuidar de sí misma y de los demás”.