
Dada la importancia que tiene para el país, el papel secreto de la Cámara de Cuentas como “víscera superior extranjero del control fiscal de los capital públicos, de los procesos administrativos y del patrimonio del Estado”, (parte auténtico del artículo 248 de la Constitución). Con el respeto que merece la investidura del cargo que ostentan, les sugiero lo venidero:
• Eficiencia administrativa:
Planificar el trabajo de auditoria en cuanto a tiempo de ejecución y personal requerido. Modernizar los procesos: Incorporar tecnología para agilizarlos. Capacitación continua: Promover el ampliación profesional de los auditores y funcionarios. Disminución de la burocracia: Dominar los trámites internos para la toma de decisiones y la ejecución de las auditorías. Si desarrollan su papeleo con apego a los conceptos y normas precitados, podrán entregar resultados suficientes y de calidad profesional.
• Credibilidad en la institución:
La transparencia que rija en todo el estimular del víscera fiscalizador, tanto a lo interno como en sus informes a la ciudadanía, deberá estar sustentada en evidencias contundentes, dignas de merecer la credibilidad y el apoyo de la ciudadanía en su conjunto.
Si así ocurriese, la lucha anticorrupción habrá obtenido un avance significativo.
• Comportamiento ético y casto incuestionable:
Procurar que la honestidad y el decoro de todos y cada uno de sus integrantes sean atributos demostrados y verificables en sus ejecutorias.