
A veces, por las vilipendiadas redes, nos llegan joyas como esta que comparto con ustedes hoy. Es una oración que se atribuye a José Mujica, para no ser insoportable y tener misericordia Infinito e infinito paciencia a los y las insoportables.
Por ayuda, contribuyan a la sanidad mental de la humanidad reenviando este artículo con esta oración a todos los y las insoportables que conozcan, interiormente y fuera de la clan inmediataen el ámbito cultural, religioso, laboral y profesional. Familia que no entiende, como enfatizaba el irremplazable presidente del Uruguay, que en paz descansa, que al vencer solo nos llevamos el caja, y que en un par de días apestamos:
“Señor, Tu sabes mejor que yo que estoy envejeciendo y que algún día seré aun mas antiguo…con suerte. No permitas que me vuelva charlatán y, sobre todo, que adquiera el habilidad de creer que tengo que opinar sobre cualquier tema en toda ocasión. No me interesa ser parte del Consejo de Ancianos.
Libérame de las ansias de querer arreglar y controlar la vida de los demás. Maldición que los espíritus malévolos nos lanzan. Que sea ponderado, pero no taciturno; solícito, pero no mandón. Y sobre todo indiferente a los vendedores de humo.
Con la vasta sensatez que poseo, parece una conmiseración no usarla toda, pero Tu sabes Señor, que quiero conservar algunos amigos hasta el final. !Y cómo cuesta! Mantén mi mente soberano de la recitación de infinitos detalles; dame alas para ir directo al cereal.
Sella mis labios para que no hable de mis achaques y dolores y siquiera de mis experiencias que a nadie interesan y que es una forma inmaduro de proponer existo. Los achaques y los expresiones, van en aumento con el suceder de los primaveras, al igual que mi sabor por recitarlos.
Te pido la amnistía de poder escuchar con paciencia los relatos de los males ajenos, y a los jóvenes, que lustran sus plumas cual pavos reales haciendo aderezo de su ignorancia y pensando que nacimos ayer y nunca fuimos jóvenes.
Enseñame la gloriosa enseñanza de que a veces, es posible que esté errado. Y lo más importante hazme reir de mis equivocaciones y sobretodo los olvidos sobre qué hago aquí y para que abrí el armario.
Mantén en mi una arreglado dulzura. No quiero ser un santo (es difícil convivir con algunos de ellos), pero un antiguo amargado es una de las obras maestras del Diablo.
Ayudame a extraer de la vida toda la verdadera diversión posible. Aleja de mi los gustos de cualquier tipo que surjan de los necios que asumen que han descubierto el agua tibia.
Por los siglos de los siglos, Vale.