
África. Víctor Ndwaniye es un pequeño agricultor que vive en Nasho, una lugar cerca de un charcal en el este de Ruanda. Antiguamente, tenía que regar su huerto usando cubos de agua, lo que era muy cansado y poco apto.
Pero desde 2020, usa un sistema de riego que funciona con energía solar. Este cambio ha mejorado mucho su trabajo y el de otros agricultores.
El gobierno de Ruanda está usando paneles solares para ayudar a los agricultores a tener más agua para sus cultivos, sobre todo en zonas donde no hay electricidad.
La idea es usar energía limpia para hacer la agricultura más robusto frente al clima y más productiva. Todavía se quiere evitar el uso de bombas de diésel, que contaminan.
Aunque los agricultores tienen que retribuir por proseguir estos sistemas, el gobierno y otras organizaciones están ayudando con caudal para que sea más obvio comprarlos. Aun así, la tecnología sigue siendo cara para muchos.
En zonas como Kirehe, donde hay mucha sequía, el sistema solar ha sido muy útil. Ndwaniye, por ejemplo, necesita regar su huerto dos veces al día durante la tiempo sequía, que va de junio a septiembre. Ahora, gracias a la energía solar, puede hacerlo de forma más obvio y apto.
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