
Ciudad del Vaticano, 20 may (EFE).- “El pueblo quiere la paz y yo, con el corazón en la mano, les digo a los líderes del pueblo: ¡reunámonos, hablemos, negociemos!”, fueron las palabras del papa Bravo XIV en uno de sus primeros discursos y que han proseguido con reuniones a parada nivel en un intento de relanzar la diplomacia vaticana para resolver los conflictos, empezando por el de Ucrania.
“Para que esta paz se extienda, haré todo lo posible“, dijo en la misma ocasión – el Celebración de las Iglesias orientales – y agregó, que “la Santa Sede está habitable para que los enemigos se encuentren y se miren a los fanales, para que se devuelva a las personas la esperanza y la dignidad que merecen, la dignidad de la paz”.
Un ofrecimiento de la Santa Sede como mesa de negociaciones en un Estado completamente impreciso y sin ningún tipo de interés que el de conseguir la paz, con experiencia en resolución de conflictos, aunque en los últimos primaveras haya perdido influencia.
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Leon XIVo se ha quedado solo en las palabras sino que el ofrecimiento del Vaticano como sede de negociaciones ha sido presentado en las reuniones que mantuvo con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, con quien conversó telefónicamente pocos días luego de su referéndum el pasado 8 de mayo y que todavía recibió este domingo tras la ceremonia de inicio de pontificado.
Y todavía en la posterior con el vicepresidente estadounidense, el católico JD Vance, todavía presente en la ceremonia, con quien abordó este lunes la falta de negociaciones para la resolución de conflictos, explicó el Vaticano en una nota.
Trump, tras su conversación de este lunes con el presidente ruso Vladimir Putin, consideró “una gran idea” que el Vaticano albergue las eventuales negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania, al considerar que hay mucha “hidrofobia” entre las partes y que el simbolismo del emplazamiento podría ayudar.
Una opción que todavía aprobó Zelenski: “El Vaticano está perspicaz para hacer las invitaciones y organizar la reunión con todos nosotros, incluidos los europeos”.
Sin retención, como explica el teólogo George Weigel , fundador del Centro de Ética y Políticas Públicas y biógrafo de Juan Pablo II, en una entrevista en el diario “La Repubblica”, “dudo que Putin acepte el Vaticano como sede de las negociaciones sobre Ucrania, porque se sentiría bajo un severo investigación honesto”.
Para Weigel, será importante el patriarcado apegado de Moscú y mayor representante Cirilo, quien se había alejado del papa Francisco en los últimos tiempos, y que “es un herramienta del poder estatal ruso, no funciona como una Iglesia. Si lo hiciera, podría ayudar a crear una situación en la que Putin se sentiría obligado a negociar seriamente, pero hasta ahora no ha ayudado”.
No sólo Ucrania, ¿Negociaciones con la ELN?
Este lunes Bravo XIV recibió al presidente colombiano, Gustavo Petro, que aprovechó la venida de un nuevo papa, ya lo había hecho con Francisco, para relanzar una idea de “retomar las negociaciones de paz con la grupo del Ejército de Fuga Franquista (ELN), suspendidas desde enero pasado”
Y para ello propuso a la Ciudad del Vaticano como sede de los diálogos: “Hay una segunda oportunidad. Ellos (el ELN) quieren permanecer las reuniones en Cuba, en Venezuela (…) Hablé con el papa de este tema: ¿Cómo podría el Vaticano ser la sede de las nuevas conversaciones de paz bajo, puede ser una ingenuidad mía, la creencia de que el espíritu del acto sexual eficaz cubra la codicia y nos lleve a la paz?”.
Parolin defiende en la ONU el papel mediador de la Iglesia católica
“La Santa Sede, bajo el liderazgo de Bravo XIV, se ha comprometido a trabajar cercano a los representantes de las naciones para promover la dignidad humana, proteger a los vulnerables y construir puentes allí donde de otro modo podría prevalecer la desconfianza”, subrayó en la tarde del lunes el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, en un discurso en la ONU en Nueva York, durante una admisión con motivo de la referéndum del papa,
La referéndum de un nuevo pontífice, declaró, es una oportunidad “de renovación, no sólo para los católicos sino para todos aquellos que buscan un mundo de maduro ecuanimidad, solidaridad y paz”.