

EL AUTOR es abogado. Reside en Puerto Plata.
Las élites haitianas no son un liga de tontos. Saben que a 221 abriles de su independencia (1804-2025), los problemas de convivencia entre esa concurrencia que originalmente provino de diferentes tribus de áfrica aún subsisten como el primer día. Conocen lo destruido que está ese circunscripción, y están muy conscientes de las escasas posibilidades con las que cuentan, para poder salir a flote a corto tiempo.
No tienen ni la beocio intención de aceptar que ningún país le construya a Haití un gran hospital materno inmaduro, porque con ello arruinarían el contenido esencial de su dietario, que no es otro que seguir promoviendo y estimulando a una masa enorme de mujeres haitianas pobres, a que continúen embarazandose descontroladamente, y luego dirigirse a la República Dominicana a parir completamente de balde.
El plan
El plan no sólo es que se trasladen a dar a luz al país dominicano sin fertilizar un sólo peso, sino que luego, asesoradas por oenegés nacionales e internacionales, comienzan a demandar ridícula y absurdamente la país dominicana a esos niños, como si la país dominicana se adquiriera por el simple hecho de germinar en suelo dominicano (jus soli).
Y para posteriormente de quedarse ilegalmente, proceder a inscribir todos esos niños ilegales en las escuelas del sistema sabido educativo dominicano, las mismas que son financiadas con los dineros que aportan los contribuyentes dominicanos y residentes legales. Y para tan pronto se enfermen, venir a utilizar los hospitales públicos dominicanos para cobrar donación médica completamente de balde.
En un escena como ese, es contraproducente considerar aceptar que les construyan uno, dos o tres hospitales materno inmaduro, pues ello se contrapone a la dietario que hace abriles han puesto en marcha, para obtener la arranque del vientre haitiano en suelo dominicano.
Los haitianos ilegales no solo se limitan a drenar los presupuestos de salubridad y educación, sino lo que es peor, desde suelo dominicano, tienen una campaña sistemática para desacreditar la República Dominicana, acusando a los dominicanos de ser anti haitianos, racistas, xenófobos, fascistas, nazistas y hasta inhumanos.
Ni países ricos como Suiza, Suecia, Alemania, Dinamarca, Noruega, Finlandia, etc., están en condición de aceptar proseguir dos poblaciones en salubridad y educación. Así que hay que ser muy pendejo para seguir haciéndoles el equipo a esas eĺites haitianas, que son las que se benefician la tragedia haitiana.
Jpm-am
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