
El director del Cárcel Central de la República Dominicana (BCRD), Héctor Valdez Albizu, destacó que “desde la perspectiva de un faja central, la importancia de la sostenibilidad radica en que permita dar continuidad a condiciones de fortaleza favorecedoras de la estabilidad financiera, macroeconómica y fiscal, que promuevan el buen desempeño de la posesiones y de los sectores productivos de la nación, en un círculo virtuoso que impulsa la inclusión y bancarización de los sectores menos favorecidos”.
Valdez Albizu pronunció el discurso central en la tolerancia del III Congreso Iberoamericano de Banca Sostenible e Inclusiva, organizado por la Agrupación Latinoamericana de Bancos (Felaban), donde precisó que “en un entorno integral caracterizado por la incertidumbre proveniente de convulsiones en el ámbito de la geopolítica, políticas arancelarias y disrupción de los vínculos comerciales, la sostenibilidad e inclusividad de los mercados financieros se ha convertido, no solo en un imperativo ético, sino en una preeminencia estratégica que nos beneficia a toda la comunidad latinoamericana”.
Durante el evento, que contó con la décimo del presidente de la República, Luis Abinader Corona, el director del BCRD recordó que, en agosto de 2024, se firmó un acuerdo de cooperación técnica no reembolsable con fondos de la Unión Europea por 500,000 euros. Con este esquema, que actualmente se adentra con destino a su período de subasta, se fortalecerán las capacidades interinstitucionales del país para estimar los impactos económicos de los choques climáticos y el diseño de regulaciones financieras para mitigar sus enseres o adaptarnos inteligentemente.
El director informó que, “al clausura de marzo de 2025, la morosidad de los bancos múltiples registró casi nada un 1.6%, con una cobertura de créditos vencidos de 195.1%”, destacó.
El director del Cárcel Central, Héctor Valdez Albizu, afirmó que “según los ejercicios de pruebas de estrés que realizamos desde el Cárcel Central, el sistema financiero mantiene excedentes patrimoniales que, en presencia de la ocurrencia de un aberración extremo del clima, le permitiría persistir un índice de solvencia superior al requerido exiguo de 10% y recuperarse gradualmente hasta retornar a su valía diferente, reiterando la capacidad de recuperación del sistema financiero dominicano”.