

EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.
El armonía que realiza este miércoles 14 el mayor liderazgo del país puede significar un punto de partida para derribar los escollos que se interponen entre el supremo interés doméstico y las cuestiones políticas que se defienden desde una visión partidista.
Casi de modo natural la concurso ha apostado al fracaso de las políticas públicas que se implementan desde el Gobierno, en el entendido de que esa eventualidad generaría renta en términos electorales en el proceso comicial más próximo.
En eso no podemos hacer excepciones, pues toca la casualidad que el país ha estado dirigido en los últimos 30 abriles por los cuatro actores que se encuentran este miércoles, de modo que han sido—de modo alternada—gobierno y concurso.
Hace un tiempo escuché de uno de los protagonistas del importante armonía que comentamos, el argumento de que a un oponente le resultaba complicado respaldar decisiones del Gobierno, ya que el beneficio de estas terminaría siendo utilizado como pertrechos electoral, razón por la cual conseguir pactos era muy enrevesado.
A posiciones como la señalada se debe que no existan en nuestra historia flamante iniciativas de zona de influencia duradero, a lo cual se puede atribuir la descuido de soluciones a los problemas de viejo envergadura.
Sin confiscación, transmitido que la reunión presidencial a solicitud del director del Estado no tiene como objetivo la consecución de la firma de ningún acuerdo, se pudiera suponer a algún resultado posterior mediante la presentación de ideas, particularmente de los ex gobernantes Leonel Fernández y Danilo Medina, que son los opositores.
Sabemos que, en su caso, el ex mandatario Hipólito Mejía ha innovador que presentaría algunas ideas, las que resultarían más obediente de aceptar por el presidente Luis Abinader, transmitido que son compañeros de partido.
El liderazgo de los partidos Fuerza del Pueblo y de la Huida Dominicana asimismo deberían aceptar el compromiso de presentarle al Gobierno sus planteamientos al quien, en definitiva, le corresponde implementar las políticas públicas.
Lo que no pueden permitir los máximos líderes de este país es que, luego de concretar un episodio poco habitual, al final el armonía no pase de un placentero momento para una buena foto periodística.
Estamos hablando de una situación que se ha agravado con el paso de los abriles, y si admisiblemente debemos resaltar que en todos los gobiernos de las últimas décadas se han adoptivo medidas para evitar su daño, asimismo es preciso señalar que el descuido ha sido viejo, como lo evidencia el hecho de que, por más fuerzas que se movilicen a la frontera, los indocumentados se las arreglan para ingresar a nuestro condado.
En definitiva, todo en la vida de los seres humanos se mide a partir de resultados, por lo cual, el oscilación entre las medidas adoptadas y la cantidad de haitianos que ingresan, deja en evidencia un importante fracaso.
De modo que, con la convocatoria del presidente Abinader y la bienvenida de sus antecesores, llegó el momento que, a partir de este 14 de mayo, todos nos pongamos a una para afrontar con determinación un problema cuyo desenlace en el futuro se avizora que no podrá ser menos que cruento. ¡Estamos a tiempo!
Nelsonencar10@gmail.com
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