El autor es escritor y periodista. Reside en Estados Unidos

Las dictaduras han sido una constante en la historia de la humanidad, caracterizadas por la concentración del poder en manos de un individuo o peña, la supresión de libertades individuales y la acotación de la examen política. En la contemporaneidad, República Dominicana enfrenta una situación preocupante, donde el gobierno de Luis Abinader se ha diversificado en un proscenio de debates sobre la posible deriva alrededor de un régimen totalitario.

El manejo entreguista y bisutero del coetáneo gobierno está causando una gran preocupación, adecuado a la concentración del poder y la posible deriva alrededor de un régimen totalitario, donde principalmente su liderazgo está siendo criticado duramente por centralizar las decisiones que competen a la mayoría y sepultar las instituciones secreto, lo que ha generado un debilidad en la sanidad de la democracia.

La sombra del autoritarismo se cierne sobre el país, y es fundamental analizar los riesgos y consecuencias de este aberración para promover la defensa de la democracia y las libertades individuales. ¿Qué medidas puede tomar el gobierno para respaldar la transparencia, la rendición de cuentas, y evitar el deslizamiento alrededor de un régimen totalitario?

El autoritarismo se caracteriza por la concentración del poder en manos del ejecutante y la acotación de la independencia contencioso y legislativa. Al igual que Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina, el presidente Luis Abinader centraliza sus decisiones; y con ello, debilita la institucionalidad, generando preocupación sobre las limitantes de la franqueza de expresión y la examen política, todo esto a saco de mentiras que él examen convertir en verdades mediáticas a través de la inversión de más de 2 mil millones de pesos en publicidad.

Liderazgo personalista

Su liderazgo personalista, allí de impulsar el progreso del país, lo está subyugando bajo una especie de freno fijo para que éste nunca pueda provenir y sobrevivir a su propio avance. El presidente Abinader ha concentrado el poder en una red de compromisos y lealtades, lo que sugiere que su gobierno no está capacitado para implementar cambios que beneficien a la nación, o sea, tiene el poder secuestrado y en oficio de utilizarlo como una utensilio para el cambio, se ha convertido en un obstáculo para el bienestar de la nación.

Abinader se caracteriza por su estilo dictatorial, donde el discurso populista encubre la delincuencia, el narcotráfico y la corrupción administrativa y de cuello blanco, mediante la explotación de posibles públicos en beneficio de esa minoría selecta. Esa forma de timonear, allí de impulsar el avance y el bienestar del país, perpetúa la desigualdad y la injusticia, evidenciando un claro desprecio por la democracia y el interés colectivo.

Nuestra nación languidece, estamos sumidos en una profunda crisis de ilegitimidad, donde la fuerza y el poderío del PRM instrumentalizan el poder para perpetuar su dominio, manipular elecciones y usar indebidamente los posibles públicos, contribuyendo así, a deteriorar la confianza en las instituciones, provocando un clima de descontento, mientras la totalidad de los dominicanos se hunden en la inestabilidad y la incertidumbre.

Atrevimiento de Expresión

La acotación de la franqueza de expresión y la examen política puede tener consecuencias negativas en la democracia y el avance del país, manido que constituye un derecho fundamental que debe ser protegido y defendido. Cualquier intento de localizar o restringir este derecho es inaceptable y va en contra de los principios básicos de la democracia y la humanidad.

¿Qué pretende el gobierno con la propuesta de reforma a la Ley 6132, sobre Atrevimiento de Expresión y Difusión del Pensamiento? El presidente Abinader se encuentra en medio de una encerrona gubernativo y con su propuesta sólo examen callar la boca de los periodistas, comunicadores y propietarios de plataformas virtuales, quienes son los que hoy en día les dan vida a la información sin coacciones ni censura a través de las denuncias de corrupción que carga el gobierno oficialista, los partidos tradicionales y un sector amplio del patronal.

Es importante que periodistas, comunicadores y personas que respetan las libertades públicas nos levantemos con la frente en parada para no permitir las arbitrariedades y pretensiones del presidente Abinader y su retahílas de cómplices que hoy atentan contra la estabilidad de los dominicanos.

Tal como lo establece el artículo 19 de la Exposición Universal de los Derechos Humanos, “todo individuo tiene derecho a la franqueza de opinión y de expresión”esto implica respaldar que las personas puedan expresar sus opiniones e ideas sin temor a maltratos, represalias y censura. “Por la verdad murió Cristo” y si el presidente no quiere ser objeto de críticas, lo mejor sería que gobierne a honra de los dominicanos o que renuncie a su cargo.

¡Dominicano abre los luceros!…Nos quieren yacer

Promover la defensa de la democracia y las libertades individuales en República Dominicana implica robustecer las instituciones, respaldar la independencia contencioso y legislativa, y promover la transparencia y la rendición de cuentas en el gobierno. Ese es su deber, no reprimir al pueblo con decisiones que atrofian la democracia participativa.

Despierta, dominicano. Si nos dormimos, el gobierno del PRM nos pasará recibo. Es hora de representar con logística y determinación para defender la democracia y las libertades individuales. Unidos, enfrentaremos al gobierno y al sector empresarial con valentía y dedicación, porque solo así podremos conquistar transparentar las instituciones públicas y sostener un futuro con verdadera democracia en nuestro país.

“Un gobierno que se emborrachas con el poder, solo le deja al pueblo la resaca. Cuando la fiesta termina, quedan las promesas rotas y el dolor de individuo colectivo”.

Jpm-am