
La mala salubridad emocional puede influir en las decisiones financieras de diversas maneras. Así lo afirmó Mónica Baéz, psicóloga clínica y financiera, quien advirtió que cuando una persona no se encuentra proporcionadamente emocionalmente, es más propensa a adoptar conductas impulsivas que pueden perjudicar su bienestar financiero. Esta interrelación es bidireccional, ya que el mal manejo financiero asimismo puede provocar consecuencias emocionales.
“Cuando no estamos proporcionadamente mental, emocional y conductualmente, nuestras finanzas se ven afectadas y al revés, porque el mal manejo financiero puede llevarnos a situaciones emocionales complicadas”, expresó Báez durante la “Charla: Estabilidad financiera y emocional”, organizada por la Superintendencia del Mercado de Títulos de la República Dominicana (SIMV) en la Biblioteca Doméstico Pedro Henríquez Ureña, en Santo Domingo.
En el evento titulado “Mujer, el mercado de títulos es para ti”, Báez destacó que existen perfiles conductuales que pueden impactar negativamente las finanzas e inversiones. Entre estos citó a los compradores compulsivos, los deudores compulsivos, los ludópatas y los codependientes financieros, así como las víctimas de violencia económica. Este posterior engendro afecta al 21% de las mujeres en el país, según la última indagación de la Oficina Doméstico de Estadística (ONE).
Encima, Baéz indicó que el mal manejo financiero puede producir condiciones adversas como trastornos del sueño, consumo de sustancias y trastornos alimenticios. Señaló que la “psicología financiera” trabaja en conjunto con la riqueza conductual: “Cada vez que tomas una osadía financiera, estás haciendo una dilema basada en tu estado emocional”, añadió.
La entendido subrayó que hay evidencia científica que respalda la afirmación de que una gobierno inadecuada del cuartos puede perjudicar la salubridad. Durante el evento, que reunió a más de 600 asistentes, explicó cómo ciertas condiciones de salubridad pueden afectar las inversiones, citando trastornos como el bipolar y problemas relacionados con adicciones.
Baéz enfatizó que “el cuartos mal ventilado es un señal” o respuesta a traumas no resueltos, duelos no procesados y dificultades en relaciones personales. Como declaración personal, compartió su experiencia al encontrarse en una situación financiera complicada oportuno a su salubridad emocional y conductual “rota”.
“Yo tenía una dismorfia financiera”, reveló al explicar este término como una percepción errónea sobre la propia situación económica. Este engendro, aunque no se reconoce oficialmente como un trastorno psicológico, puede provocar ansiedad y miedo al compra, lo cual repercute en la gobierno del cuartos. Por ello, enfatizó la importancia de agenciárselas ayuda profesional.
Entre las soluciones para indisponer esta problemática y romper el ciclo pesimista, Báez exhortó asistir a terapia, unirse a grupos de autoayuda, apropiarse herramientas financieras y indisponer directamente a los acreedores.