Cultivar buenos y sencillos hábitos para alcanzar cualquier meta

Cultivar buenos y sencillos hábitos para alcanzar cualquier meta

Para alcanzar grandes metas; ser éxitos, es necesario radicar desde el agradecimiento; ser una persona agradecida. Entendiendo que nuestro tiempo es valioso en una vida que es corta. Para conseguir lo citado precedentemente, tenemos como tarea desarrollar buenos hábitos, lo equivalente a cultivar una delicada piropo cada día. i Qué compromiso!, pero, como es sabido, nuestra conducta refleja la identidad.

Para que todo a nuestro cerca de mejore, tu, yo…, somos responsables de conseguir ese cambio anhelado. Para eso, es necesario descubrir el poder de los pequeños hábitos. Luego de descubrirlo, debemos desarrollarlo. Sin retención, para abrazar nuevos hábitos debo creer en mí, sentirme segura, ser una persona ordenada en el interior y fuera del hogar.

Crear nuevos hábitos trae grandes beneficios; propicia que desarrollemos todo nuestro potencial, y podamos malquistar retos que nos permitan conseguir lecciones. “Los hábitos que pueden en principio parecer pequeños, se transforman en resultados extraordinarios si se mantienen durante varios primaveras”. Por eso, “la calidad de nuestra vida depende de la calidad de nuestros hábitos…, si los mejoro, cualquier cosa es posible”.

Las aseveraciones emanan del investigación realizado a la obra Hábitos Atómicos. Un método sencillo y comprobado para desarrollar buenos hábitos y eliminar los malos, escrita por el destacado orador de ampliación personal, James Clear. Quien en este, su best seller afirma que: “Cualquier meta está a tu trascendencia siempre que comiences desde lo más simple”. Yo decidí creerle.

La recomendación seduce e invita a proyectarnos con éxito, porque, como perfectamente apunta, es la suma de muchos momentos claves. Comenzar dando pasos pequeños, abrazar hábitos simples, para alcanzar grandes logros. Diariamente intentar y cultivarse. “Encargar en pequeños hábitos para desarrollar todo el potencial”.

No obstante, debemos hacer un cambio de conducta, sostener una perfeccionamiento continua en la vida, trabajo, clan…, sencillamente, “convertirme en lo que quiero ser”. Para ello, debo rastrear que los errores son mi responsabilidad, y que aunque la conducta humana siempre está modificándose, necesito enfocarme en aquello que se puede controlar.

En ese sentido, los pequeños cambios generan gran diferencia, las pequeñas mejoras que hacemos en nuestras vidas, con el tiempo se convierten en poco ilustre, se multiplican, si los hábitos se repiten cada día. Adicionalmente, es preciso estar conscientes de que los resultados toman tiempo, por ende, no hay cabida para desesperación. La valor tomada determina quién soy y quién quiero ser.

“El éxito es producto de nuestro rutina habitual, no de transformaciones drásticas que se realizan una vez en la vida”, declara el citado autor. Al final se obtiene lo que se repite, luego, debemos cultivarse poco nuevo cada día. Porque, “las pequeñas batallas que ganamos cada día son las que definen nuestro futuro”. Esto indica que los buenos hábitos acaban siendo nuestros aliados, nos complementan.

En ese orden es necesario dar albedrío al cerebro para enfocarse, conocer, cultivarse poco nuevo diariamente. Esto constituye al mismo tiempo, una fuerza transformadora, medible en nuestras relaciones sociales, creación de red de conexiones duraderas…, y todo es conseguido desde la amabilidad. “Todas las cosas importantes provienen de comienzos modestos”.

Los hábitos importan, pueden cambiar la creencia de quien soy, me ayudan a convertirme en la persona que deseo ser. “moldean mi identidad…, será difícil cambiar mis hábitos sino cambio mi creencia…, la conducta debe ser coherente con el yo…, el seguro cambio de conducta, es un cambio de identidad”.

Por ello, debo mostrar evidencia de mi significativo, de mi gran cambio: ¿quién quiero ser?, ¿con cuáles victorias estoy en camino?, ¿soy constante y confiable?. Me convierto en mis hábitos positivos. No es obtener poco es convertirme en determinado.

Como los hábitos se aprenden de la experiencia y promueven albedrío, las conductas con consecuencias satisfactorias deben repetirse, se repiten. Ellos nos ayudan a tener pensamientos libres y creatividad. “Construir hábitos en el presente te permite hacer tiempo en el futuro”.

En ese aspecto, el sabio escritor nos regala un esquema para hacer el cambio de comportamiento, lo que denomina, las cuatro leyes de los hábitos atómicos, que al seguirlas nos permitirán radicar sostenidos de hábitos buenos. Estas son: hacerlo obvio, hacerlo atractivo, hacerlo sencillo y hacerlo satisfactorio.

Esto así, para no ir contra contra la naturaleza humana, porque “los buenos hábitos emergen lógicamente…, mientras los malos se desvanecen”. Por eso, el progreso se expresa en el compromiso con el proceso de cambiar el sistema para no repetir malos hábitos. Asimismo, es imperioso entender los detalles de cada uno.

Hacerlo obvio es tomar la valor correcta, desde señales productivas relevantes. No caer en patrones antiguos; en gandulería, sino, comenzar el proceso de cambio con plena conciencia. “La mejor opción es la más obvia”. Hacerlo atractivo, “cada ser viviente tiene sus propios métodos para percibir y entender el mundo”: tino, aurícula, instinto, tacto y gozo. Luego, puedo asociar mis hábitos a sentimientos positivos al reprogramar mi mente.

Manotear desde pequeños cambios, repetir mis hábitos buenos para dominarlos, puede producir enormes cambios. En ese contexto es importante evitar “ser víctima de tu ámbito…, no ignorar las señales que te llevan a desarrollar hábitos nuevos”. Para avanzar y vigorizar la conducta, la identidad, no debe activo estratagemas.

Podemos hacerlo sencillo y satisfactorio, sobrevenir de bueno a grande, al nominar un campo de competencia apropiada. Entender nuestra personalidad…, sólo así podemos alcanzar hábitos correctos y oportunos.

Por ende, al eliminar distracción y comprometernos con nosotros mismos, podremos alcanzar éxito a derrochador plazo. Se recalcan las aserciones de Clear, solo podré mantenerme en excelencia si repito mis hábitos buenos.

Entonces, hagamos inferencia o consejo de: ¿qué entendí de esta obra?, ¿cómo la aplicaré a mi vida?…, sin duda alguna, si conseguir seguir estas recomendaciones, radicar con hábitos buenos, estoy segura de que alcanzaremos tener en nuestras vidas, paz, anímico, prosperidad…, serenidad, pero de forma permanente.

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