
El colapso del techo del Jet Set, ocurrido recientemente en Santo Domingo, no solo conmocionó al país por la pérdida de vidas humanas y los heridos, sino incluso por el trauma psicológico que arrastra una tragedia de esta magnitud. Se trataba de un área de altercado, de memoria colectiva, de fiesta, y de pronto, se convirtió en epicentro del dolor.
Desde la perspectiva psiquiátrica, este evento no solo debe atenderse en lo físico y procesal, sino incluso en lo emocional. La vigor mental de los familiares de las víctimas y de los sobrevivientes está comprometida. Estamos hablando de un trauma colectivo que puede desencadenar enseres a corto, mediano y grande plazo si no se interviene con herramientas adecuadas.
¿Qué sucede en la mente humana tras una catástrofe? El impacto psicológico de una tragedia súbita activa mecanismos de defensa en el cerebro que alteran las funciones neurocognitivas. Es global observar síntomas como: hipervigilancia, pesadillas y flashbacks, irritabilidad o apatía emocional, insomnio crónico, síntomas depresivos o de ansiedad generalizada, y trastorno por estrés postraumático (TEPT).
De acuerdo con la American Psychological Association (2023), el 60 % de los sobrevivientes de eventos catastróficos manifiestan síntomas clínicos de afectación emocional al menos durante los tres primeros meses posteriores al evento.
Y si no se tratan, estos síntomas pueden cronificarse. Existen diferencias claras entre cómo afecta emocionalmente a hombres y mujeres. Estudios del National Center for PTSD revelan que: Las mujeres son más propensas a desarrollar trastornos de ansiedad, a constatar incumplimiento y tristeza profunda, y a despabilarse apoyo emocional. Los hombres, por su parte, tienden a reprimir emociones, a desmentir la compostura de lo vivido o a refugiarse en conductas evitativas como el pimple, el aislamiento o la combatividad.
La entrada La herida invisible del Jet Set se publicó primero en eltiempo.