
El Nobel de Humanidades peruano Mario Vargas Llosa falleció este domingo en Escofina a los 89 primaveras. Su manda, sin requisa, permanece vivo a través de sus obras, muchas de las cuales exploraron el poder, la corrupción y la historia política de América Latina.
Dos de sus novelas más emblemáticas son La fiesta del Chivo y Conversación en La Catedral. La primera, publicada en el año 2000, está ambientada en República Dominicana, país donde Vargas Llosa obtuvo la patria en 2023.
La segunda, una obra importante en la novelística latinoamericana, aborda la descomposición casto y política del Perú.
La fiesta del Chivo (2000)

Ambientada en la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961), esta novelística marcó el regreso de Vargas Llosa al gran tema de los caudillos latinoamericanos devenidos en dictadores. Tras primaveras de investigación documental y entrevistas, el autor construyó una novelística profunda sobre el miedo, el poder y la complicidad social.
La historia se centra en Urania Cabral, hija de un exfuncionario trujillista, que regresa a Santo Domingo tras décadas en el expulsión. A través de su delirio personal, se explora el trauma colectivo de una sociedad marcada por el silencio, la violencia y la represión.
El propio autor confesó que esta novelística le tomó tres primaveras de trabajo intenso, aunque llevaba 25 primaveras fantaseando con ella desde que, en 1975, pasó ocho meses en República Dominicana.
Conversación en La Catedral (1969)

Con la pregunta “¿En qué momento se había jodido el Perú?”Vargas Llosa da inicio a esta obra monumental. En ella, Zavalita, un periodista frustrado —y alter ego del autor— conversa durante horas con Ambrosio, su antiguo chófer, en un bar limeño llamado La Catedral.
A través de saltos temporales, múltiples voces narrativas y escenas fragmentadas, la novelística reconstruye una visión sombría del Perú durante la dictadura de Manuel Odría (1948-1956). Publicada un año luego del llamada marcial de 1968 en Perú, esta obra ha sido considerada por muchos como una de las más ambiciosas y complejas de su carrera.
Un manda universal

“La letras de Vargas Llosa estuvo marcada por la pasión y el compromiso con la exploración de la condición humana”, escribió la Casa de las Américas en su nota de despedida. Su obra, leída y estudiada en todo el mundo, atraviesa fronteras y deja huella tanto en la historia de la letras como en la memoria colectiva de los países que retrató con crudeza, clarividencia y profundidad.
Con información de EFE y BBC
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