
La fortuna tocó a su puerta con cifras millonarias, pero no tardó en desvanecerse entre malas decisiones, excesos y yerro de preparación financiera.
Tres vivieron el sueño de superar la sorteo, solo para terminar enfrentando el costado más amargo del patrimonio obvio: la caída total.
Pedro Quezada, el dominicano que ganó $338 millones en EE.UU. y terminó en problemas legales

Pedro Quezada, oriundo de Jarabacoa, ganó en el 2013 el premio anciano de la sorteo Powerball en Estados Unidos, llevándose 338 millones de dólares.
Sin incautación, su vida se tornó caótica: la hija de su exnovia denunció que Quezada había abusado sexualmente de ella desde los 11 hasta los 14 abriles.
El millonario fue arrestado, fichado y debió contraponer los cargos de acometida sexual agravada en primer punto y un cargo de segundo punto que consiste en poner en peligro el bienestar de un chiquillo.
Fue encarcelado sin derecho a fianza y recién pudo salir con desenvolvimiento condicional a fines de 2017.
Aún no puede disfrutar de sus millones, porque demora su sentencia bajo prisión domiciliaria, tiene una tobillera electrónica.
2. Kennedy Junior Jáquez – Ganó RD$23 millones y lo perdió todo en menos de cuatro abriles

En el 2017, Kennedy Jáquez, residente en Santiago Rodríguez, ganó 23 millones de pesos en la Suerte Electrónica Internacional Dominicana (Leidsa).
Sin experiencia financiera, tras resultar vencedor, continuó jugando fuertes sumas de patrimonio en sorteos diarios de la sorteo y en muchas de las apuestas resultaba vencedor, y según expresó derrochaba todo ese patrimonio hasta durar al punto de ir al costado a retirar parte del efectivo que tenía guardado.
Todavía gastó su fortuna en fiestas, favores a amigos y apuestas, perdiéndolo todo en menos de cuatro abriles.
3. Roy Gibney – Ganó 9 millones en la sorteo, lo perdió todo y aprendió poco acerca de la fortuna

Roy Gibney ganó 7,5 millones de libras en la sorteo en 1998, unos 9 millones de euros aproximadamente. Estaba separado de su primera esposa y se dedicó a conducirse una vida llena de lujos gracias a su suerte en el solaz: se compró un heroína de carreras, gastó inmensas cantidades de patrimonio sin control e incluso se construyó una mansión digna de un nuevo rico: hizo engalanar la piscina con los números que le hicieron millonario.