En su entrega número 36 del Universo Cinematográfico de Maravilla (MCU), Rayos no solo promete entusiasmo, humor y bienes visuales espectaculares. Esta vez, lo que sorprende es su capacidad para ir más allá del espectáculo: toca temas de sanidad mental, clan encontrada y redención emocional sin perder su esencia de blockbuster.

Durante la rueda de prensa celebrada el pasado fin de semana, el catálogo y el equipo creativo compartieron cómo esta película representa una progreso importante en la novelística de Marvel. La directora Jake Schreier, la partida sonora flamante de Son Lux y un catálogo liderado por Florence Pugh, David Harbour, Sebastian Stan y Julia Louis-Dreyfus —entre otros— dan vida a un reunión de personajes rotos, contradictorios y profundamente humanos.

Un brinco que lo dice todo

Florence Pugh retoma el papel de Yelena Belova, y su primer acto en pantalla —un brinco desde uno de los edificios más altos del mundo— no es solo una volatín, sino una testimonio emocional.

“Cuando lo leí en el banderín, pensé que era una forma muy poderosa de comenzar la película. Ese brinco no es heroico. Es desesperado. Es el reflexiva de determinado que ya no ve propósito en su existencia”, explicó Pugh. Para la actriz, la audacia de filmar esa número sin el tradicional traje de superhéroe fue secreto: “Si ella quiere fallecer, no debe estar protegida. Pedí estar en un chándal, sin gadgets. Eso cuenta otra historia”.

El director Schreier lo resume mejor: “Lo impresionante no es el brinco. Es la interpretación internamente del brinco”.

Superhéroes con heridas abiertas

En Thunderbolts, cada personaje novillada con su trauma personal. David Harbour, como el entrañable Alexei Shostakov (Red Guardian), explora el fracaso desde la óptica del humor y la ternura: “Es como un escuincle conspicuo. Está obsesionado con su goce pasada, pero debajo de eso hay una tristeza profunda. Yo mismo, como actor, me sentía como un escuincle jugando con un traje de superhéroe”.

Lewis Pullman debuta como Robert Reynolds, y su personaje se convierte en un transporte directo para charlar de ansiedad, depresión y silencio emocional. “Yo crecí con ansiedad. Dialogar de eso me resulta incómodo, pero esta película prostitución de romper precisamente con ese silencio”, confesó. “Cuando saltas, hay una posibilidad de que determinado te atrape. Pero solo si hablas. Solo si te dejas ayudar”.

Geraldine Viswanathan, quien interpreta a Mel, añade otra capa al relato: “Vi la primera de los Avengers cuando estaba en la secundaria. Hoy estoy internamente del MCU con una historia que me hizo gemir. Esta película es un respiro, una forma de afirmar ‘todos estamos rotos, pero podemos encontrarnos’”.

El sonido del alma

La partitura de Thunderbolts, a cargo de la partida Son Lux (conocidos por Everything Everywhere All at Merienda), ha sido uno de los medios más elogiados. Para Schreier, la música no acompaña la historia: la habita.

Lo interesante es que el score fue compuesto incluso ayer del rodaje, poco poco popular en Hollywood. “Queríamos que la música fuera como un personaje más”, dijo Ian Chang. “No son temas asignados a cada personaje, sino paisajes emocionales que evolucionan con ellos”.

Rafiq Bhatia, otro de los miembros de Son Lux, añadió que muchos sonidos provinieron de objetos domésticos: “Usamos maderas, utensilios de cocina, cosas pequeñas que evocaran intimidad. Queríamos que sonara a poco actual, frágil, pero capaz de explotar en conspicuo cuando la historia lo pide”.

El resultado se siente en pantalla: una música melancólica, casi terapéutica, que acompaña momentos de introspección, redención y furia contenida.

Julia Louis-Dreyfus: la anti-villana que merecíamos

Uno de los giros más interesantes de la cinta recae en Valentina Allegra de Fontaine, interpretada por Julia Louis-Dreyfus, quien por fin recibe una historia con más profundidad. “Hasta ahora, habían sido apariciones breves. Aquí pude explorarla sin juzgarla”, dijo la actriz. “No justifico lo que hace, pero sí puedo entenderla. Eso es lo emocionante: descubrir qué la impulsa”.

La actriz la describe como una “anti-villana”, un término que encaja valentísimo en el corazón de la película: Thunderbolts está poblada de anti-héroes, personajes que fallan, que hieren, que buscan redención no por goce, sino por menester emocional.

La redención de Bucky Barnes

Sebastian Stan, uno de los actores con más trayectoria en el MCU desde Captain America: The First Avenger (2011), continúa su delirio como Bucky Barnes. “Luego de 15 primaveras, es como un hermano que nunca tuve”, dice Stan. “Esta película me permitió explorar poco más íntimo, más emocional. Bucky todavía no sabe si es un héroe o un grosero. Solo quiere hacer lo correcto, y eso ya es suficiente”.

Stan además reveló que se inspiró en Terminator 2 para una de sus escenas de entusiasmo, un parpadeo que hará sonreír a los fans del cine clásico de entusiasmo.

Una clan disfuncional, pero clan al fin

Para Hannah John-Kamen (Ghost) y Wyatt Russell (John Walker), Thunderbolts ofrece una oportunidad de progreso actual. “Ghost ya no está sufriendo físicamente. Ahora su dolor es emocional. Y ha aupado muros que solo este equipo logra atravesar”, explicó Hannah.

Russell, por su parte, cree que su personaje representa un tipo muy actual de masculinidad contemporánea: “John quiere ser héroe, pero necesita que determinado lo vea haciéndolo. Es narcisismo puro. Pero además tiene una oportunidad de educarse que la vulnerabilidad no es amor, es fortaleza”.

¿Y el futuro del MCU?

Kevin Feige, presidente de Marvel Studios, fue reservado al charlar de lo que viene, aunque confirmó que Thunderbolts conecta directamente con Avengers: Doomsday y la esperada inclusión de los Fantastic Four. “Lo que me emociona no es solo el futuro, sino que el divulgado conozca a este equipo ahora. Porque lo que viene se construye sobre las emociones que esta película plantea”.

Feige además destacó la importancia del cine como experiencia colectiva. “Ver una película juntos en una sala sigue siendo mágico. Thunderbolts nos recuerda eso: la risa, el lloro, el silencio compartido. Eso no se reemplaza”.

Thunderbolts es la prueba de que Marvel aún tiene historias frescas que contar. Historias donde el dolor no se ignora, donde el espectáculo no sedimento la intimidad, y donde un puñado de personajes rotos pueden salvarse los unos a los otros ayer de liberar el mundo.

¿Es divertida? Por supuesto. Hay golpes, acrobacias, y explosiones. Pero además hay lágrimas, confesiones, y silencios que retumban.

Thunderbolts se estrena este 2 de mayo. Y es una cita obligatoria, no solo para fans del MCU, sino para cualquiera que alguna vez haya sentido que no encajaba, que no era suficiente, o que necesitaba una segunda oportunidad.