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El consagrado comunicador William Arana, hace tiempo inspira, fortalece mi el deseo de mover, y por fin concluir la promesa que me hice, y luego realicé al demiurgo, como forma de reconocer su protección permanente: seguirle desde hoy y para siempre. La razón es clara, tengo mucho que reconocer, y esa es mi ofrenda, la vida que me regaló puesta a su servicio.
Esta indigencia de radicar desde la inmaterial, no desde la religión, me asalta hace décadas: la dialogo frecuentemente con el Divino, durante nuestros encuentros, mediante la oración. Deseo que el Portador de Vida, sea mi mundo; mi universo como reza la alabanza. Es entonces, cuando todavía aparece el devocional “La Dosis Diaria”, y dulcemente, me hace tomar tiempo para reflexionar en cuanto a mi radio espiritual; relación con el omnisciente, su palabra o Manual de Instrucciones; la oración y meditación. Todas iniciadas y no potenciadas.
Todo lo previo, al enfrentarlo me lleva a radicar desde el inclinación, con devolución, conectada a Todopoderoso y fortalecida en la fe. Al importantizarlo, como traje ininterrumpido, será evidente lo que conseguiré para mi vida: infinitas bendiciones.
Por eso, hoy me empujo a dejar la terquedad; apatía, y aceptar lo que dice la palabra del todopoderoso: “solo Jesús puede satisfacer nuestras vidas y aplacar deseos carnales que nos seducen”.
Porque, esos intereses personales; placeres del mundo, solo impiden que se desarrolle lo espiritual. Algunos de estos, como: miedo, inseguridad, vanidad, engreimiento, deslealtad, hipocresía, inmoralidad, impureza, bajos deseos, codicia, ruindad, resentimientos, odio, dolor, amargura, envidia, egoísmo, altivez, dureza al establecer a los demás, errata de humildad y de compasión; ansiedad social…, todos ellos constituyen idolatría, al querer las cosa del mundo y producen enfermedad mental.
Cuando hacemos sucumbir esas cosas pecaminosa, terrenales que nos acechan por en el interior; nos atan y producen malestar físico, emocional y mental, como ansiedad, estrés, depresión…, esos deseos y patologías de la carne, nace lo espiritual.
“No tengan mínimo que ver con la inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones y los malos deseos: no sean avaros, quien lo es, está en idolatría, porque adora las cosas de este mundo”. Como es sabido, estos pecados provocan la furia del Señor. Por consiguiente, es preciso contraer la próximo recomendación: eliminar enojo, calumnia, comportamiento solapado, lengua abandonado. i Es hora!
Se hace hincapié en este postrero: el lengua abandonado; tan popular en este Siglo XXI, que lastimosamente, permite en la colectividad, que las personas abracen la Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), para vulnerar derechos humanos y fundamentales. Informar utilizando groserías, improperios, expresiones perniciosas…,
Por ejemplo, la coetáneo forma de comunicar, de resolver contenido desde los medios electrónicos o modernos, donde quienes cometen estas vulneraciones en vez de ser escarmentados por la sociedad, son laureados.
Entonces, retomando, si nos consideramos hijos e hijas de Todopoderoso, tenemos que consentir la afirmación que consagra Colosenses 3: 5-8, para que cambiemos esas cosas que hacíamos antaño, que se realizan, pero que ya no debemos efectuar. Entender de una vez y por todas, que “somos un ralea escogido”, como afirma nuestro Manual de Instrucciones: la Antiguo Testamento. Al hacerlo, esta bono formará parte de nuestro enviado.
i Es el momento de aceptar el llamado, el toque que hace Todopoderoso a nuestro corazón, y cambiar pasiones terrenales, del mundo. Sacarlas de nuestras vidas y abrazar mejores cosas! Es un gran desafío, pero para quienes procedan, representará alcanzar bendiciones. ¿Si no lo hacemos, qué nos diferencia de Delator?
Al salir delante, desencadenarnos del ser histórico, convertirnos en seres genuinos, íntegros en lo íntimo o personal, tanto para el Padre demiurgo, como para toda la sociedad. Disfrutaremos de una vida llena de fruición y plenitud. i Seremos más que vencedores!
