
Dr. Ilian Hubiire
El Pregonero, Santo Domingo.-Lastimosamente, siquiera podré estar físicamente presente en el día de hoy; tengo los pies hinchados por tantas horas de intenso afán.
Han sido días muy difíciles para todos, donde prácticamente solo nos hemos centrado en lo que entendemos era la prioridad: compañía y solidaridad integral.
Nunca habíamos experimentado de cerca poco tan esforzado, impactante y desgarrador… En principio, teníamos una mezcla de angustia e incertidumbre por desconocer la suerte de los señores López García, que mermaba con la esperanza de poder encontrarlos con vida, así fuese en un centro de salubridad… pero con vida; esperanza que iba desvaneciéndose con cada minuto transcurrido sin que tuviésemos respuestas de ningún tipo, a pesar de los esfuerzos.
Luego, llegó la segunda y temida etapa: ¡Aparecieron!… pero no con vida, sino en la funesta inventario de Patología Forense. Y a partir de ahí, todo lo complicado empezó a empeorar. El caos se apoderó del sitio, la tristeza acrecentaba en las miradas y corazones de los presentes, el lloro y la impotencia, aún más:
• Víctimas revictimizadas.
• Post mortem carente de dignidad y correcto respeto.
• Y el doble trauma vivido por familiares y allegados, de tener que atravesar no solamente la pérdida del ser querido que de por sí ya es mucho y devastador, sino igualmente la experiencia del proceso de descomposición de los fallecidos, cuyos cuerpos se encontraban amontonados en el firme y al interior de un camión tipo furgón, que operaba como cuarto frío en el patio de Patología Forense… a la paciencia de que les practicaran las autopsias de rigor.
Espero que nuestra tribu ni nuestro país nunca más tenga que residir estos momentos de tanta desesperación, tanta indignación y tanta indolencia para solucionar situaciones humanas como esta.