
El concreto está en todas partes, desde rascacielos hasta aceras. Pero tiene un costo ambiental empinado. El cemento, el ingrediente secreto en el concreto, es responsable de aproximadamente el ocho por ciento de las emisiones globales de dióxido de carbono, y encontrar un reemplazo más verde es uno de los mayores desafíos en la construcción sostenible.
Ahora, los ingenieros de la Universidad Estatal de Montana han desarrollado un nuevo material prometedor que podría entrar a la ocasión. Esta alternativa de concreto basada en hongos utiliza micelio fúngico y bacterias para crear una estructura duradera y similar a hueso que algún día podría reemplazar el concreto tradicional.
El plan es parte de un campo creciente conocido como materiales de vida de ingeniería (ELM), que combinan organismos vivos con sustancias no vivas para crear materiales con propiedades únicas. Un obstáculo importante para los Elms ha sido la duración, ya que muchos pierden sus cualidades beneficiosas luego de unos pocos días o semanas.
Sin incautación, la alternativa de concreto basada en hongos híbridos del equipo del Estado de Montana se mantuvo metabólicamente activa durante al menos cuatro semanas, lo que lo convierte en uno de los candidatos más resistentes para un reemplazo concreto, poco que los investigadores han estado luchando por encontrar.

En el centro de este material de construcción basado en hongos está Neurospora crassaun hongo de rápido crecimiento que forma una esforzado red micelial que actúa como el andamio estructural. Los investigadores luego introdujeron una bacilo convocatoria Sporosarcina pasteuriique desencadena un proceso conocido como precipitación de carbonato inducido por microbios (MICP). En términos más simples, convierte los materiales suaves como la arena en poco parecido a cemento y sólido.
Aún mejor, el andamio fúngico permite un control preciso sobre la geometría interna, que los investigadores usaron para imitar la estructura interna del hueso cortical, conocida por su resistor y resistor. Esta flexibilidad arquitectónica abre la puerta al diseño de alternativas de concreto a saco de hongos que no son solo fuertes, pero asimismo son inteligentes y capaces de resistir el estrés mientras se reparan potencialmente.
Es la primera vez que se ha utilizado un material vivo como el micelio fúngico de esta modo. Y aunque todavía está en los primeros días, las implicaciones son significativas. Con más explicación, esta alternativa de concreto basada en hongos podría sujetar nuestra dependencia del cemento y las bajas emisiones de carbono.
Todavía hay obstáculos para despejar, incluidos los costos, la escalabilidad y la prohijamiento de la industria. Pero si los investigadores pueden extender la vida útil del material y refinar los métodos de producción, esta alternativa de respiración viva podría redefinir cómo construimos el mundo que nos rodea.