
El pasado 18 de abril, en la Catedral Primada de América, viví una experiencia inolvidable. Asistí al trigésimo sexto concierto de Viernes Santo, un evento que para mí ha sido mucho más que una simple tradición.
La Arquidiócesis de Santo Domingo nos ofreció una unión perfecta de música y inmaterial en un animación de profunda recogimiento, donde el coro, la sección de niños y la orquestina se unieron para dar vida a una obra singular: «El Caminante de Nazaret».
Para serles sincera, mi regocijo espiritual viene desde más a espaldas, ya que en mi condición de pretendiente a ser parte de ese maravilloso coro pude estar en los ensayos previos, y a través de este escrito quiero ganarme el titulo de Relacionadora Pública voluntaria del mismo.
Si no la escucharon les comento para que la vean. Gracias a la tecnología pueden lograrlo sintonizando el canal de YouTube de la Catedral de Santo Domingo @catedralprimadadeamericasa5062 (18 abril 2025).
Vale destacar que esta ópera, fue creada por el compositor dominicano Rafael Danilo Grullón (Q.E.P.D.) y permitida su ejecución gracias a la Iglesia Evangélica en la cual militaba, estando presentes en la Catedral sus familiares, y miembros de la misma, quienes doy evidencia de lo mucho que disfrutaron de este concierto ópera maravillosa que todavía en su primer momento lo presentaron en nuestro Teatro Franquista, en México y otras latitudes y las que faltan porque es de una calidad extraordinaria.


Esta obra relata la última semana de la pasión de Jesús de Nazaret. A través de sus cuatro actos, se nos presenta una novelística poderosa, desde la entrada triunfal a Jerusalén hasta la homicidio, resurrección y subida de Cristo. Cada número está cargada de emotividad y de una profundización que raramente se encuentra en presentaciones artísticas.
Esta maravillosa interpretación estuvo bajo la dirección del hábil Andrés Capellán, la cual logra llevarnos a un delirio emotivo a través de la música. Con voces como las de Nelson Veras (Jesús de Nazaret) y Laura Virginia Pernas (María Desconsolada), se crea una medio de intensa conexión espiritual. En particular, me conmovió la interpretación de Eduardo Mejía interpretando a Pedro la cual les confieso ha producido en mí una nueva devoción al primer vicario de Cristo. Podría seguir mencionando a cada uno pero el espacio es un tirano, que en cierta forma les empuja a que la busquen y la miren y disfruten y constaten de lo que les trato.
Estimados lectores, no se prostitución de una representación musical, sino de una experiencia espiritual que nos toca a todos de guisa personal.
«El Caminante de Nazaret» no es solo una ópera; es un delirio con destino a la redención, una obra que búsqueda conectar al espectador de una guisa que va más allá del simple entretenimiento. La música se convierte en la Palabra misma, reviviendo la historia sagrada a través de cada coincidente y cada giro.
Este concierto no solo fue un regalo para mis oídos, sino todavía para mi alma. Me siento agradecida por haberla conocido, y en cierta forma estar vinculada a la misma.
Estoy convencida de que si la seguimos dando a conocer, esta obra se convertirá en Marca País pero sobretodo Marca Corazones en todo el mundo.