
Cuando anunciaron que monseñor Bergoglio había seleccionado el nombre de Francisco luego de ser escogido papa, me estremeció que un sacerdote jesuita haya seleccionado el nombre del fundador de la orden franciscana para su papado: Francisco de Asís, al que se le atribuye la más sublime oración por la paz: “Señor, hazme herramienta de tu paz”.
Tener sido catequizado por franciscanos y formado por jesuitas, me permitió constatar las diferencias misioneras y apostólicas entre ambas órdenes.
Francisco papá no defraudó el convulsión que me provocó. Fue la única voz del liderazgo mundial que ha clamado insistentemente por la paz en el mundo, denunciando el militarismo de las potencias y de las industrias que lo promueven para incrementar sus beneficios a costa de vidas humanas.
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Denunció incluso, que las industrias compiten por modernizar armas, vendiéndoles las obsoletas a rebeldes cuyo financiamiento está asociado al tráfico de sustancias prohibidas corruptoras de juventudes.
Oremos para que este clamor franciscano no se apague.
Que, al designar el sucesor de Francisco, se procure seguir asumiendo esa voz que algún día será recogida por alguna instancia mundial con poder suficiente para evitar el pronóstico de Einstein: “una tercera pugna mundial con armamentos nucleares, hará que la cuarta sea con palos y piedras”, llano amonestación sobre las consecuencias destructivas al planeta provocada por armamentos modernos.
Una oración que, ojalá emane no solo de católicos sino, toda confesión cristiana, evangélicas y ortodoxas, de las otras religiones monoteístas (semitismo y musulmanas) a las que Francisco abrió sus brazos. Y de otras filosofías y disciplinas morales como las de Buda y Confucioinfluyentes en el mundo.
Porque de esa paz depende la supervivencia de la humanidad.
Francisco de Asís murió contagiado de la “hermana albarazo”, al atender leprosos que besaba, resistiendo recomendaciones médicas y seguidores.
Francisco papá participó en actos de la Semana Santa, a pesar del reposo recomendado por sus médicos.
Impartió la abundancia Urbi en Orbis el domingo 20. En la amanecida del día venidero fue llamado por Altísimo.