
Ciudad del Vaticano, 23 de Abril (EFE).- Si poco al punto que ha cambiado en la Iglesia católico a lo espacioso de la lapso ha sido el precioso ceremonial del cónclavela votación de los cardenales en la Capilla Sixtina para nominar al nuevo papa.
Ya no se les encierra sin engullir hasta que eligen a un pontífice y ha ido cambiando el número de purpurados, pero se mantienen las estrictas normas que servirán “guiados por el Espíritu Santo” a dar un nuevo sucesor de Pedro.
Cena
La tradición dicta que todos los cardenales electores, que en este caso serán 133 tras dos bajasse trasladarán la tarde previo al inicio del cónclave a la Casa de Santa Martala residencia en el interior del Vaticano donde vivió Francisco, para cenar juntos. Desde ese momento permanecerán aislados del mundototalmente incomunicados.
La ofrenda auténtico
A la mañana ulterior, el decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, celebrará la ofrenda “pro eligendo Papá”, abierta a todos los fieles en la catedral de San Pedro.
La procesión
Por la tarde los cardenales electores irán en procesión a la Capilla Sixtina, invocando la subsidio del Espíritu Santo con el canto del Veni Creator.
Puedes acertar: Un cónclave muy heterogéneo y dividido elegirá al nuevo papa
El ‘fuera de todos’
Al final del voto interiormente de la Sixtina, el hábil de las Celebraciones Litúrgicas, Diego Ravelli, proclamará el ‘Extra omnes’, (todos fuera) y se cerrarán las puertas y sólo los cardenales electores permanecen interiormente y se procederá a una primera votación.
Las oraciones
Cada día los cardenales celebrarán la ofrenda y luego se trasladarán a la Capilla Sixtina, donde a las 9.00 hora circunscrito (7.00 GMT) rezarán el ‘laudes’ y posteriormente de la segunda votación de la tarde, los electores rezarán las vísperas.
La votación
Los cardenales votarán dos veces por la mañana (inmediatamente posteriormente del laudes) y dos veces por la tarde (a las 16.00 hora circunscrito (14.00 GMT). Actualmente hay 133 cardenales electorespor lo que se necesitan 88 votos entre los cardenales para ser escogido sucesor de Pedro.
La ‘fumatta’ (humo) Cada dos votaciones, las papeletas en las que los cardenales han escrito su candidato se queman en una estufa interiormente de la Capilla Sixtina. El humo sale de una chimenea situada en el tejado de la Capilla Sixtina- uno podría formarse cerca de de las 12.00 (10.00 GMT), otra a las 19.00 (17.00 GMT). Si el humo sale antiguamente de estas horas, se ha escogido papá.
Las campanas
Una vez realizada la selecciónsaldrá humo blanco de la chimenea y al mismo tiempo sonarán las seis campanas de San Pedro en señal de celebración.
La “sala de las lágrimas”
En la sacristía de la Capilla Sixtina se prepara una sala con los vestidos del nuevo pontífice de varias tallas. Se manejo de la “sala de las lágrimas”, citación así porque es el oficio donde el escogido desahoga la emoción que ha contenido hasta ese momento.
El procedimiento de votación – El postrer cardenal diácono elige a tres escrutadores, tres auditores y tres colaboradores
- Los Maestros de Ceremonias dan al menos dos o tres papeletas en blanco a cada votante, luego salen de la Capilla Sixtina.
- Cada cardenal llena en secreto la papeleta, escribiendo “claramente, con una letrilla lo más reconocible posible, el nombre de la persona que elige». – Luego dobla la papeleta por la fracción y, sosteniéndola en parada y claramente visible, se dirige al altar, cerca del cual se encuentran los escrutadores. – El cardenal jura- “Invoco a Cristo el Señor, que me juzgará, por informante de que mi voto se da a quien, según Jehová, creo que debe ser escogido». Coloca la papeleta en un plato y la desliza interiormente de una cáliz, utilizado como arca.
- Se inclina delante el altar y regresa a su asiento – Al final de la votación, el primer indagador sacude la arca varias veces para mezclar las papeletas y el tercer indagador transfiere las papeletas, una por una, a otro cáliz. Si el número de papeletas corresponde al número total de electores, se procede al recuento. – Los escrutadores se sientan en una mesa colocada delante del altar. El primer indagador abre una plástico a la vez y lee el nombre. El segundo repite el procedimiento. El tercer indagador anota el nombre y lo lee en voz reincorporación, luego perfora las tarjetas con una jeringuilla y las une todas con un hilo – El Camarlengo recoge las notas y redacta un memoria con el resultado. Todos los papeles se queman en la estufa, con un aditivo químico para cambiar el color del “humo». EFE