
«La asesinato no es el fin de todo, sino el aparición de poco (…) Es un nuevo inicio», escribe el papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 primaveras, en un texto inédito, el prólogo de un compendio del cardenal Angelo Scola que se publicará el próximo 24 de abril.
«La asesinato no es el fin de todo, sino el aparición de poco. Es un nuevo aparición, como proporcionadamente lo destaca el título, porque la vida eterna, que quienes aman ya experimentan en la tierra en las ocupaciones cotidianas, es el aparición de poco que no terminará. Y es precisamente por eso que es un nuevo aparición, porque viviremos poco que nunca hemos vivido plenamente: la cielo», se lee en el texto que publican este martes los medios italianos.

Se comercio del prefacio con término 7 de febrero del compendio del cardenal Scola, metropolitano emérito de Milán, titulado “En aplazamiento de un nuevo aparición. Reflexiones sobre la vejez” y que estará habitable en las librerías este jueves.
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Consejo sobre la vejez
Francisco asimismo reflexiona sobre la vejez: «Ya en la dilema de la palabra con la que se define, ‘arcaico’, aproximación una consonancia con el autor», escribió Francisco ayer de ser hospitalizado por una pulmonía sinalagmático y por la que estuvo ingresado 38 días hasta el 23 de marzo.

«Sí, no debemos tener miedo a la vejez, no debemos tener miedo de aceptar el envejecimiento, porque la vida es vida y edulcorar la verdad significa traicionar la verdad de las cosas. Devolverle el orgullo a un término que con demasiada frecuencia se considera malsano es un seña que debemos pagar al cardenal Scola. Porque afirmar ‘arcaico’ no significa ‘ser desechado’, como a veces nos hace pensar una civilización degradada del exclusión», continúa el papa.
Y añade: «Asegurar arcaico, en cambio, significa afirmar experiencia, reflexión, conocimiento, discernimiento, consejo, audición, cachaza… ¡Títulos que necesitamos desesperadamente!».
El papa asimismo indica habitar el tiempo de la vejez «como una indulgencia, y no con resentimiento». «Si acogemos con obligación y inspección el tiempo (incluso liberal) en el que experimentamos la disminución de las fuerzas, el aumento del cansancio corporal, los reflejos ya no iguales a los de la nubilidad, pues proporcionadamente, incluso la vejez se convierte en una antigüedad de vida», añade el pontífice argentino.